El agua de 22 pozos aledaños a los ríos Sonora y Bacanuchi en Sonora, que representa más de 9 % del abasto de las comunidades afectadas por el derrame de la mina Buenavista del Cobre, es apta para uso y consumo humano, aseguró la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

 

Se trata de 22 de los 31 pozos cerrados de manera preventiva tras el derrame registrado el 6 de agosto y el agua contenida en ellos no representa un riesgo a la salud de los pobladores, ya que sus niveles de metales pesados están dentro de la norma sanitaria, por lo que los municipios pueden iniciar su reapertura para aumentar el abasto de agua a sus comunidades.

 

En el marco de la estrategia diseñada por la Comisión Presidencial para atender el derrame de sulfato de cobre en Sonora, la Cofepris entregó a los organismos operadores de agua de los siete municipios afectados los resultados de la calidad del agua de 22 pozos aledaños a los ríos Sonora y Bacanuchi.

 

De acuerdo con el procedimiento técnico que establece la Norma Oficial Mexicana 127 “Salud ambiental. Agua para uso y consumo humano. Límites permisibles de calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización”, las autoridades federales y estatales seleccionaron 22 pozos para la Fase 1 del muestreo que comenzó el 24 de septiembre y de los cuales se tomaron 66 muestras.

 

Además, se definieron nueve pozos adicionales para la Fase 2, misma que comenzó el 1 de octubre, informó la Cofepris en un comunicado.

 

Una vez habilitados los pozos, se tomó una muestra para identificar el estado inicial de la calidad del agua de éstos. A las 24 horas siguientes, se tomaron muestras por duplicado para determinar presencia de metales, detalló la Comisión.

 

A las 72 horas siguientes se realizó una segunda toma de muestra, también por duplicado, para confirmar la calidad del agua. En caso de que los resultados se encuentren dentro de los parámetros normativos, se entregan al organismo operador de agua del municipio para su reapertura.

 

Así, de acuerdo con los muestreos y los análisis de riesgo realizados por la Cofepris durante la primera fase, con base en sus facultades legales, el agua de estos 22 pozos -de los 31 cerrados de manera preventiva tras el derrame del 6 de agosto pasado- es apta para uso y consumo humano.

 

Asimismo, el agua de los nueve pozos correspondientes a la segunda fase de revisión se encuentran en proceso de análisis de laboratorio y sus resultados se darán a conocer en los próximos días.

 

El reporte sobre la situación actual de los pozos fue presentado este jueves en San Lázaro por la Comisión Presidencial para el caso Sonora ante la Comisión Especial de la Cámara de Diputados. DE