Primero el programa y luego el candidato, decidieron las dirigencias del PAN y el PRD, respectivamente.

 

 

El fin de semana, las dirigencias encabezadas por Ricardo Anaya y Alejandra Barrales recibieron el visto bueno para comenzar a trabajar en un “frente amplio opositor’’, cuya prioridad será el diseño de una plataforma política o programa, que podría ser representado por un candidato común.

 

 

Un abanderado verde, mezcla del azul y el amarillo.

 

 

Todo suena bonito.

 

 

Lo que está por verse es si algunos de los inquietos perredistas o de los aguerridos panistas estarán dispuestos a sacrificar sus aspiraciones personales (es el primer requisito del frente) para anteponer los intereses del país.

 

 

No nos podemos imaginar, por ejemplo, cediendo sus pretensiones a Rafael Moreno Valle, después del millonario gasto que ha hecho para promover su imagen en todo el país.

 

 

O a Miguel Ángel Mancera poniendo en charola de plata, para otro, todo el esfuerzo de promoción que ha hecho, incluso fuera del país.

 

 

Y así por el estilo, el resto de los suspirantes.

 

 

Ahora que, si de verdad Anaya y Barrales logran domar a sus huestes en pos de una candidatura común, podrían ser la revelación de 2018.

 

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El que ya anda preparando su equipo para la precampaña panista, que deberá comenzar por ahí de noviembre, es el senador por Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks.

 

 

El fin de semana se reunió con un grupo de panistas que lo representarán en, por lo menos, 20 estados, una vez que se dé la voz de arranque.

 

 

Lo interesante del encuentro fueron los nombres de quienes se sumaron al proyecto del guanajuatense, entre los que se encuentran Ramón Muñoz, Eduardo Sojo, Pedro Cerisola, Carlos Medina, Javier Usabiaga, Juan Hernández, José Espina, Juan Carlo Murillo y Eugenio Elorduy.

 

 

Como puede ver, medio gabinete de Fox simpatiza con Romero Hicks…, lo cual no se sabe si es bueno, malo o todo lo contrario.

 

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La sorpresiva renuncia del procurador de Justicia del DF, Rodolfo Ríos, generó cualquier cantidad de teorías: que si la falta de resultados en materia de seguridad, que si las diferencias con Luis Serna, que si las recomendaciones recibidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos o por la de la Ciudad de México, etcétera.

 

 

Lo cierto que es Ríos sigue siendo un hombre de todas las confianzas de Miguel Ángel Mancera, a tal grado que le fueron encomendadas algunas tareas de organización previas a la separación del cargo del jefe de Gobierno de la CDMX, que buscará la candidatura perredista a la Presidencia de la República.

 

 

Ríos no ha ocultado su intención de competir por un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que toda su carrera la ha desarrollado en el Poder Judicial.

 

 

Desde la oficina de Mancera se dejó saber que el tema de la seguridad no fue motivo de la renuncia, pues éste es un asunto que compete a la Secretaría de Seguridad Pública y no a la Procuraduría, que se encarga de los asuntos jurídicos del tema.

 

Como quiera, la renuncia sorprendió a propios y extraños, aunque la ausencia de Ríos en los medios no será por mucho tiempo.