Distribuidores de Coca-Cola en el sureste de México recibieron amenazas antes de que atacantes quemaran cuatro de sus camiones en una zona marcada en los últimos meses por disputas de bandas del narcotráfico.

 

Femsa, la mayor embotelladora de Coca-Cola en México, informó que cerró su planta de distribución en el estado de Guerrero desde el miércoles de la semana pasada después de que algunos de sus repartidores recibieron amenazas.

 

En una declaración escrita divulgada la noche del martes, Femsa no precisó en qué consistieron esas amenazas y sólo señaló que fueron hechas de manera directa a sus repartidores.

 

La Procuraduría de Justicia de Guerrero informó el martes que cuatro camiones de Coca-Cola fueron quemados en la localidad de Arcelia, aunque no precisó los motivos.

 

La dependencia estatal señaló que los ataques están bajo investigación.

 

Algunas compañías locales fueron blanco de ataques de grupos criminales que buscan extorsionarlos, pero las multinacionales rara vez son víctimas de ese tipo de atentados.

 

En 2012, en el estado vecino de Michoacán, el cartel de las drogas de Los Caballeros Templarios fue responsabilizado de atacar e incendiar cinco bodegas y docenas de vehículos propiedad de la compañía Sabritas, una subsidiaria mexicana de PepsiCo.

 

En aquel momento, miembros del cartel señalaron que Sabritas había permitido a autoridades usar sus vehículos para trabajos de inteligencia, algo que la compañía negó.