En Chiapas, los maestros disidentes tomaron una decena de gasolineras donde regalaron combustible a los automovilistas que pasaban por el lugar. Aunque su intención era la de controlar más estaciones de servicio, elementos de la Policía Federal y Estatal lograron custodiar otra docena de establecimientos, mientras que los dueños de otras gasolineras alcanzaron a cerrar el suministro de combustible.

 

Junto a los profesores, un grupo de padres de familia comenzaron una colecta de firmas para que el Congreso de la Unión abrogue la reforma educativa, esto como objetivo final de las manifestaciones que en el estado vienen dándose desde el 15 de mayo pasado.

 

Para este martes, los maestros chiapanecos anunciaron que seguirán con sus manifestaciones, pero esta vez en diferentes presidencias municipales, previo a la marcha hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.