Testimonios, peritajes y otras evidencias que son analizadas hacen “suponer que se trató de un enfrentamiento”, dijo Raúl Plascencia, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

 

El ombudsman nacional dijo que personal del organismo aún trabaja en algunos aspectos del tema como el reconstruir la escena de los hechos para ver cómo murieron las víctimas.

 

Aseveró que se ha tenido acceso a las necropsias y a testimonios, y en caso de ser necesario se entrevistaría a quien haya estado presente en el lugar.

 

Sin embargo, evitó adelantar si hay elementos para pensar en una posible ejecución extrajudicial.

 

Dijo que la comisión conversó en dos ocasiones con la testigo y que hasta ahora no ha solicitado protección.

 

El 30 de junio el ejército reportó la muerte de 22 presuntos delincuentes y un soldado heridos tras lo que describió como un enfrentamiento tras haber sido agredidos por los supuestos criminales.

 

Sin embargo, una mujer que dice que fue testigo de la ejecución, dijo hace unos días a The Associated Press que sólo una persona habría muerto de manera inicial y que luego los soldados habrían matado a 21 cuando ya se habían rendido, incluida su hija de 15 años de edad, quien yacía herida en el suelo.

 

En paralelo a las indagaciones de la comisión de derechos humanos, la Procuraduría General de la República realiza una investigación propia sobre los hechos ocurridos en San Pedro Limón, una comunidad del municipio de Tlatlaya, al sur del Estado de México, que bordea la capital del país.

 

El caso ha llevado a organizaciones internacionales y al Departamento de Estado estadounidense a pedir a las autoridades que investiguen el incidente tras la denuncia de la testigo.

 

El gobierno ha dicho que todos murieron durante un tiroteo. Esa versión fue puesta en duda pues de los soldados sólo uno resultó herido y las evidencias físicas en el lugar apuntan a que hubo un asesinato selectivo y colectivo. (Con información de AP y Notimex)

 

 

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