Apenas es jornada dos y vaya problema de gol que enfrentan Chivas y Cruz Azul, dos de los equipos llamados grandes que iniciaron el torneo maltratados en la fecha uno, sin posibilidad de competir ante sus rivales por la falta de contundencia. Delanteras chatas que, en el caso cementero, buscaron reforzar con compras de pánico, mientras que en Guadalajara bien podrían montar un hospital.

 

Azules y rojiblancos chocan la tarde del domingo en la cancha del estadio Omnilife, en un partido que desde fuera y, en vista de lo mostrado, bien puede apestar a empate a cero. Empezando por el equipo de casa: por si no fuera suficiente problema para José Manuel de la Torre sacar al equipo de la zona de descenso, tiene que conformar una ofensiva decente para recibir a La Máquina.

 

Omar Bravo y Carlos Fierro son sus principales efectivos, toda vez que el Conejito Brizuela estará fuera tres o cuatro semanas, sin olvidar la operación de Marco Fabián, también sin posibilidades de acción. Bravo está a un gol de empatar los 122 en liga de Salvador Reyes, el goleador histórico de las Chivas.

 

¿Y en Cruz Azul?, pese a que no fue la bomba que esperaban, aún hay quien suspira por Roque Santa Cruz, incluso por Alemao. ¿La razón? La punta ofensiva de los cementeros en la derrota con Morelia fue ¡Jerónimo Amione! Y nada más. De ahí que de última llamada, desde los altos mandos celestes hubieran tenido que sacar la chequera para contratar al paraguayo Jorge Benítez y revivir a Matías Vuoso, nada menos que el mejor jugador del Tri durante la pasada Copa América. Incorporaciones que, como recién llegados, habrá que ver si están para jugar.

 

Es el reto de José Manuel de la Torre, en el banquillo Chivas, y Sergio Bueno, quien tiene mucho qué hacer en La Máquina; encontrar la fórmula para con el material que tienen sus equipos encuentren el gol, o de plano acurrucar a los asistentes del domingo al Omnilife con un somnífero empate a cero.