No es la primera vez que el general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, alza la voz para expresar su disgusto, descontento, inconformidad, decepción, frustración… y algo más por las críticas y comentarios de la sociedad –incluyendo a las organizaciones de derechos humanos– por la intervención de las Fuerzas Armadas en asuntos que competen a otras instituciones.

 

Lo preocupante ahora es que alzó las dos manos para decir: “Nosotros no queremos estar en las calles para combatir a los delincuentes… queremos regresar a los cuarteles para hacer nuestras tareas constitucionales… no nos sentimos a gusto en las calles… ninguno de nosotros estudiamos para perseguir a delincuentes. Nuestra idea, nuestra profesión es otra y se está desnaturalizando…”.

 

Y fue por más el general secretario para decir algunas “verdades de a kilo”:

 

“Mi balance es que, en 10 años que se determinó que se reconstruyeran las policías, todavía no las vemos reconstruidas. El balance es que ha habido un número muy importante de muertos que no debería estar sucediendo; que falta compromiso de muchos sectores para que esto pueda caminar. No es un asunto que se va a resolver a balazos, requiere de otros componentes, que tampoco ha habido los esfuerzos importantes, necesarios, presupuesto para atender esta situación…”.

 

Y ya encarrerado se lanzó contra quienes tuvieron la ocurrencia de crear el Sistema Penal Acusatorio. “No está funcionando como debiera ser para que tengamos en la cárcel a quienes le están haciendo daño a la sociedad. Las autoridades ponen a disposición a los delincuentes y por ese mismo sistema salen de cárceles acusados y sentenciados por delitos graves; hoy con el sistema dicen ‘a mí me golpearon los policías, o los soldados o los marinos cuando me detuvieron hace cuatro, seis, ocho años y, por lo tanto, hubo una falta al debido proceso y yo debo estar libre”. Y los jueces, complacientes, pues los sueltan, quiso decir el secretario general.

 

A la sociedad lo que le importa es que no se metan a su casa, que no le roben su vehículo, que no le quiten su reloj, que no le secuestren a un familiar. Son las autoridades locales, los municipios, los estados los que deben atender este tipo de delitos, que son los que tienen molesta a la sociedad.

 

Y volvió a hacer la misma pregunta de hace un año, dos, tres…: ¿qué quieren los mexicanos que hagan las Fuerzas Armadas? ¿Quieren que estemos en los cuarteles? Urgió a decidir en qué momento deben participar las Fuerzas Armadas para cumplir qué tarea, en qué superficie de terreno y por cuánto tiempo. Podemos servir mejor, podemos servir con un respaldo jurídico que le permita al soldado hacer las cosas que la propia ley le va a autorizar. Ya le está pensando si le entran a seguir enfrentando estos grupos con el riesgo de ser procesados por un delito que tenga que ver con derechos humanos o a lo mejor les conviene más que los procesemos por no obedecer.

 

¡Pus está ca…nijo, todo lo que dijo el secretario Cienfuegos!, exclaman los observadores. La clase política debería estar realmente preocupada por su disgusto, descontento, inconformidad, decepción, frustración… y reclamos del secretario. No nada más expresar su respaldo con demagogia, hipocresía y frases huecas, como las de los empresarios “cupuleros” encabezados por Juan Pablo Castañón.