Caudillos del crimen es un librazo. Escrito por el periodista inglés Ioan Grillo –a manera de reportajes y con una prosa atrapante– nos sumerge, a lo largo de más de 400 páginas, en el mundo de las narcoguerras que se viven en América Latina desde el fin de la Guerra Fría.

 

Eligió cuatro casos emblemáticos:

 

Los Caballeros Templarios en México, síntesis de religión, fe, tácticas guerrilleras, narcocapitalismo, formadora de “caudillos” del crimen; y el fenómeno de las autodefensas, como contraparte.

 

La Mara Salvatrucha en Centroamérica, cuyo rasgo se mira en la juventud de sus integrantes, su violencia demencial y los flujos migratorios que provoca.

 

El Comando Rojo en Brasil, por la particular relación de este grupo delincuencial con las favelas y cuyos “comandos” del crimen libran un combate urbano cuerpo a cuerpo contra la policía y sus rivales.

 

-La Shower Posse en Jamaica, representativa del nexo entre las pandillas y el poder político –entregan sus votos a los políticos–, donde descaradamente el líder de los guetos de Kingston se autonombra el Presidente.

 

Las historias que narra en cada caso son impresionantes.

 

Grillo –quien reside en México desde 2000– viajó durante más de 10 años por América Latina para ir adentrándose en esta historia que hoy lleva como subtítulo “De la Guerra Fría a las narcoguerras”.

 

Según nos platicó, una pregunta en especial portó en su mochila en los últimos tres años: ¿por qué América Latina está hoy en día empapada en sangre?

 

Y las respuestas que encontró para esa violencia y el mar de sangre en que nos sumerge las resume Ioan en tres:

 

1. El narcotráfico: es un negocio de 320 mil millones de dólares al año. América Latina es el gran productor de drogas del mundo.

 

2. El fracaso en la construcción de un sistema de justicia: a la caída de las dictaduras en el continente y con el cambio hacia los sistemas democráticos, los estados se debilitaron. Buscaron sistemas electorales creíbles, mercado libre, pero se olvidaron del sistema de justicia. Ese vacío lo llenaron los criminales: impusieron su propio sistema de justicia.

 

3. Los marginados: producto de la desigualdad, los marginados encontraron otra forma de vida en los guetos y en el “capitalismo negro”. Hallaron una identidad, una misión y una forma de sobrevivir.

 

¿Cómo resolver esta problemática?

 

-Crear un sistema de justicia penal que funcione en verdad sería un paso importante. Y en el caso concreto de México, “definir” qué tipo de policía queremos en nuestro país: ¿la comunitaria?, ¿la municipal…?

 

¿Qué tanto más nos sumergiremos en esta espiral de violencia y de pérdida de control –y de territorios– por parte de los gobiernos?

 

Se lo preguntamos a Grillo.

 

Le costó trabajo admitirlo y decirlo abiertamente: “Esto no ha terminado… No sé si hemos tocado fondo o si vamos a bajar al siguiente nivel del infierno”.

 

Gemas. Obsequio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos: elementos de la Policía Federal ejecutaron arbitrariamente a 22 personas durante el enfrentamiento ocurrido el 22 de mayo de 2015 en Tanhuato, Michoacán.