Muchos son los datos que nos dicen que el consumo de video en internet crece de manera exponencial. Desde la perspectiva emocional, son materiales capaces de transmitir de forma mucho más eficiente un mensaje y conectar con una audiencia, generar empatía como los videobloggers, o aspiración como los múltiples artistas que han surgido de ahí (Susan Boyle, Justin Bieber). Y desde la perspectiva tecnológica, cada vez su calidad es más alta, los dispositivos a través de los que se accede son más (tabletas, teléfonos celulares), y la infraestructura (redes) encargada de ofrecer la posibilidad de que el usuario los consuma, es cada día mejor.

 

Al tiempo que esto abre una nueva puerta en la era de la comunicación digital, el hecho de que cada vez más gente consume contenidos en video a través de múltiples dispositivos como teléfonos móviles, tabletas y también televisiones (pensemos en servicios como Netflix o Claro Video), hace que los encargados de proveer el servicio de acceso a internet tengan un riesgo de colapso. Su aumento es, en verdad, exponencial. Hoy, YouTube, una plataforma que ofrece únicamente videos, es visitada por más de mil millones de usuarios al mes, que consumen en casos como Estados Unidos, video por más de cuatro horas al día.

 

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De acuerdo con un estudio de los Bell Labs, el área de investigación de la empresa de redes Alcatel-Lucent, para el 2020 esos consumidores en Estados Unidos verán siete horas de video al día, en comparación con las 4.8 actuales, un consumo básicamente impulsado por los servicios bajo demanda, y que representarían también un aumento de 12 veces el volumen de contenido de video en internet, una situación que agotará las capacidades de las redes de banda ancha residenciales utilizadas por muchos de los proveedores de servicios de acceso a internet.

 

Haciendo una analogía, si los contenidos en internet tuvieran que pasar por una tubería, el video requiere un espacio mucho más ancho que el que un contenido por ejemplo, en un formato como texto. A medida que se consumen más y más materiales en video, esa “tubería” alcanza su límite de capacidad.

 

La recomendación de Alcatel-Lucent, quienes proveen soluciones de comunicaciones, entre otros servicios, a proveedores de acceso a internet, es contar con la infraestructura suficiente para que las pantallas de sus clientes no se congelen, o sus servicios colapsen por no soportar el tráfico de videos. Sólo así podremos hacer que la Red sea como los consumidores parecen solicitarlo, una Red de videos.

 

El consumo de video en internet viene presentándose como una de las tendencias más fuertes desde hace varios años, y por ende, las oportunidades de negocio se multiplican exponencialmente, no sólo para quienes gestionan redes, sino para quienes hacen dinero en internet a través de una de las formas de negocio más tradicionales: la publicidad. Reportes de e-marketer, una autoridad en información relacionada a la industria de la publicidad en internet, afirman que únicamente en Estados Unidos el gasto de publicidad aproximado actual, en plataformas de video, está cerca de los seis mil millones de dólares al año, cifra que esperan se duplique para el año 2018. Otro dato: en el periodo de enero a abril de 2014, comparado con el mismo lapso del año anterior, la demanda por servicios de publicidad programática en video, una alternativa que permite comprar y vender inventarios de forma automática, ha crecido 65%.