Mucho se ha escrito y comentado en relación a la licitación para una cuarta cadena de televisión, que fuera otorgada en favor de Grupo Radio Centro, misma que no verá la luz dado el incumplimiento en el pago de más de 3 mil millones de pesos que se había ofertado. Múltiples, agudos, profundos, y acertados análisis que nos permiten entender el caso desde diferentes perspectivas.

 

En ese armado de la fotografía completa de un tema que es crítico para la construcción de la realidad de un país, -el rol de los medios de comunicación-, es que propongo una lectura vista desde la óptica tradicional de esta columna: internet y su impacto en el mundo de los negocios.

 

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Posterior a la revelación de que la empresa era una de las ganadoras, Francisco Aguirre, presidente de Grupo Radio Centro dio una entrevista clave a Jacobo Zabludovsky, en la que entre otras cosas, explicó el por qué su empresa había ido tan alto en la propuesta económica, casi un 70 por ciento más que lo que ofertó la otra compañía ganadora, Cadena Tres, y casi un 300% más que el precio mínimo fijado por el IFT para concursar. En la argumentación, siempre apareció con fuerza, el sueño de la familia Aguirre por regresar a la televisión, un negocio en el que incursionaron en la década de los 70, antes de que su canal fuera expropiado por el entonces presidente José López Portillo, para conformar la televisora pública Imevisión. “Anhelábamos lograr estas concesiones… Nosotros estiramos la liga por esa razón”, dijo al periodista.

 

Pero los años 70 ocurrieron ya hace mucho. Volver a encender el switch de una luz que se apagó hace más de 40 años, debió dejar ver que el mundo de los medios ha cambiado sustancialmente.

 

Empecemos por los argumentos cualitativos. Durante aquellos años, la televisión era un negocio dominante, donde solamente existía un auténtico monopolio en el sector, con contenidos fuertemente vinculados a los intereses gubernamentales. La prensa escrita y la radio, eran ya alternativas con décadas de existencia y con modelos de negocio bastante estables. Por supuesto, no existía internet. Fuera de eso, no mucho más. La TV era sin duda, una jugosa alternativa de negocio en los medios. Pero 40 años después, el consumo de información no solo se ha diversificado, sino pulverizado su consumo.

 

Más canales de TV abierta, varias opciones de televisión restringida con capacidad para transmitir las señales a través de infraestructura de otro tipo, sin requerir de un espectro radioeléctrico, y con múltiples empresas de generación de contenidos montadas en el negocio. No en vano, grupos empresariales bastante poderosos e interesados en ofrecer contenido en video (que no es lo mismo que una cadena abierta de televisión), despreciaron la “oferta” gubernamental, y otros cuantos desertaron a medio camino. Pero veamos un poco de los números que podrían haber llenado las matemáticas de esos grupos empresariales.

 

La televisión abierta es un negocio que esencialmente, depende de la publicidad. Si bien el pedazo del pastel publicitario más grande se lo sigue y seguirá llevando la televisión por algunos años, su crecimiento es bastante limitado. Mientras que en el 2013, de acuerdo con datos de la Interactive Advertising Bureau de México (IAB), la inversión publicitaria en internet creció 31%, y en dispositivos móviles el crecimiento es de 114%, el número en televisión abierta, crece, como desde hace algunos años, a cifras de entre el 1 y 3%. Se trata pues, de un mercado saturado en el que además, existen ya dos jugadores dominantes muy poderosos a quienes se antoja complicado quitar cuota de mercado.

 

De acuerdo con el más reciente estudio de la Confederación de la Industria de la Comunicación (CICOM) el crecimiento de la publicidad en el 2012 en TV de paga y radio, respectivamente, fue de 24 % y 15% respectivamente. Las cifras pues, contrastan con la inversión en TV abierta. Otro dato: Casi el 80% de las personas menores de 30 años, preferirían dejar de vivir con la televisión, a dejar de vivir con su teléfono móvil. Más claro, ni el agua.

 

En otras palabras, el consumo de contenido en video, antes exclusivo de la televisión, ha cambiado. Netflix ha revolucionado el consumo a través de un servicio por suscripción que permite visualizar mucho contenido de gran calidad, en el dispositivo y momento en que se quiera. Samsung vende Smart TVs al por mayor. Las pantallas de los teléfonos móviles crecen, y la capacidad de las redes celulares aumenta, al tiempo que sus precios disminuyen y habilitan otras posibilidades de ver contenidos en video.

 

El usuario ve noticias en Twitter y Facebook, o las busca en Google. YouTube transmite eventos en vivo con calidad de alta definición. Y en ese mundo, pareciera que no queda más que renovarse o morir. Mientras que Radio Centro optó por un canal abierto de televisión tradicional, HBO cierra un acuerdo con Apple, para presentar en exclusiva su nueva temporada de Game of Thrones. Pasado contra futuro.

 

Quizá en ésta última palabra, Radio Centro pueda encontrar una nueva aventura para incursionar en la televisión. Pero no en la de 1970, sino en la del siglo XXI.