Hace unos días, el diario británico The Guardian, publicó un devastador artículo, bajo el título de “Una guía acerca de todo lo que es odioso acerca de Apple”, en definitiva un análisis llevado al extremo, que deja ver que con el paso del tiempo, algunas personas han acumulado resentimientos importantes contra la otrora amada universalmente Apple. Que si mientras Bill Gates utiliza su fortuna para curar la malaria, Apple la utiliza para crear más fortuna. Que acceder a un equipo de Apple se ha vuelto cosa complicada debido a la multiplicidad de passwords y claves de acceso. La sobredosis de actualizaciones que a cualquier equipo de la marca hay que hacer permanentemente. Los desafortunados cambios de la plataforma iTunes, que en cada nueva versión hace las tareas de una forma diferente a lo que previas versiones. El álbum gratis de U2, por el que “nadie preguntó”, pero que se instaló por fuerza en todos los equipos. Sus altos precios. Sus “bloqueos” de conectividad que hacen inservibles convertidores de una entrada a otra, o vuelven imposible mirar en un iPad, un video originalmente grabado en DVD. El Apple Watch, que en palabras de The Guardian, simplemente “apesta”. Una auténtica cadena de desfogues que terminan por reflejar algo o mucha frustración, por los productos de la empresa californiana.

 

Lo anterior se da en el contexto de presentación de sus resultados financieros del primer trimestre, que hicieron caer la acción de Apple casi en un 8%, y perder más de 40 mil millones de dólares de su valor, principalmente derivado de una menor respuesta en la venta de iPhone a lo que la empresa esperaba. Mientras que en el mismo periodo del año pasado, Apple vendió 61 millones de dispositivos, la empresa logró colocar “solamente” 51 millones de iPhone en este trimestre. De los demás productos, no vale mucho la pena hablar, pues no son tan importantes para las finanzas de la empresa como lo es el iPhone. De Apple Watch, ni siquiera existen cifras, el iPod se viene acercando a una muerte paulatina desde hace algunos años, mientras que las ventas de tabletas, se han desacelerado. Las computadoras Mac, con menos de 5% de participación global de mercado, tampoco inciden. Apple se sostiene fuertemente, en su producto estrella, el iPhone. Por eso es relevante preguntarse si ante la caída en ventas, ¿Estamos ante el principio del fin del reinado de Apple?

 

Primero habría que entender las razones detrás de esa caída. Hay factores externos, e internos. Con respecto a los factores externos, la realidad es que los meses recientes han sido muy complicados para las economías de la mayoría de países en el mundo. Una valoración del dólar por encima de la mayoría de las monedas encarece sustancialmente los productos de tecnología, que tienden a tener un valor tasado en dólares, como lo es el iPhone. También está el hecho de que cada vez más, existe una competencia que si bien no es directa, puede golpear al iPhone. Un ejemplo de ello, que está por venir, es el teléfono móvil creado por un ex Apple, John Sculley, el MV1 de su empresa Obi Worldfone, un dispositivo en verdad atractivo en su diseño, creado para un mercado más masivo pues su precio oscilará los 200 dólares, y se ofrecerá a través de la poderosa red de distribución de Walmart en diferentes países del mundo, México incluido.

 

Pero también es un hecho que los factores internos, están afectando a Apple. El mismo The Guardian lo comenta, pero esto es algo ya repetido hasta el cansancio: Apple ha dejado de innovar. Es una realidad que la estrategia del iPhone ha sido mantenerlo sin mucho cambio, más allá de ser más veloz, con mejores pantallas, cambiar los tamaños y agregar una que otra funcionalidad que para nada representa un punto de inflexión en la industria, como son cámaras de mejor resolución o funciones curiosas como la animación de imágenes en pequeños videos.

 

Apple sigue siendo lo suficientemente sólida, y goza de una salud y todavía una aceptación popular, que lo tiene y tendrá algún tiempo más en la cima de la industria del cómputo móvil. La realidad es también, que si bien hay excelentes alternativas al iPhone en el mercado, el equipo de Apple sigue siendo el mejor. Punto.

 

Lo que es un hecho es que esta señal de alerta, si bien no es para encender las alarmas, si debe ser un llamado a repensar las estrategias de la compañía. La irritación puede crecer hacia universos más allá del redactor de The Guardian, la falta de innovación puede evidenciarse cada vez más, y un jugador verdaderamente disruptivo podría aparecer en cualquier momento. Pregúntenle a Nokia. Si Apple no da una vuelta de tuerca a su visión, definitivamente este es el principio del fin de su reinado.