La Casa del Poeta “Ramón López Velarde”, que se ubica en el número 73 de la avenida Álvaro Obregón, colonia Roma, celebra durante todo 2017 cinco lustros de labores ininterrumpidas, siendo su actividad central el 25 de mayo, al reunir una pléyade de bardos, informó María del Carmen Férez Curi.

 

 

Ella es directora de la Fundación Casa del Poeta, Institución de Asistencia Privada (IAP), y Tesorera de su Patronato, y como tal dirige el especio cultural, por lo que tiene a su cargo una serie de actividades que impulsan al quehacer poético y a los poetas, generando así el acercamiento del público con ese género literario a través de sus autores.

 

 

Durante una entrevista con Notimex, en su oficina sobria y limpia, funcional y atractiva, como la obra de Ramón Modesto López Velarde Berumen, nombre completo del bardo mexicano cuyo legado se inscribe en el modernismo literario, se refirió al devenir histórico de la casa y a la importancia del considerado Poeta Nacional.

 

 

El inmueble que ocupa la Casa del Poeta fue una de las primeras vecindades que hubo en la Ciudad de México en el tiempo de Porfirio Díaz. A uno de los cuartos de esa vecindad llegó a vivir, durante los tres últimos años de su vida (1919-1921), López Velarde (Jerez, Zacatecas, 15 de junio de 1888-Ciudad de México, 19 de junio de 1921).

 

 

Ahí murió y de ahí lo sacaron para llevarlo al Panteón Francés. Antes, de ahí salía para pasear por la avenida Jalisco, hoy Alvaro Obregón, y caminar hasta la calle de Plateros, ahora Madero. “En uno de esos paseos que Ramón solía hacer adquirió, bajo un aguacero torrencial, una neumonía que lo llevó a la muerte”, recordó María del Carmen Férez Curi.

 

 

De acuerdo con la entrevistada, al paso del tiempo la vecindad fue desatendida hasta ser ocupada por indigentes y malvivientes. “Un buen día, un grupo de intelectuales se reunió para elevar la voz ante las autoridades culturales capitalinas, para señalar lo increíble que resultaba que la última morada de Ramón López Velarde tuviera tal estado de abandono”.

 

 

No admitían que el sitio donde el célebre poeta había dado el último suspiro, estuviera convertido, tras los sismos que azotaron a la Ciudad de México el 19 y 20 de septiembre de 1985, en refugio de pordioseros y alcohólicos, quienes a su vez requerían ser atendidos por las instancias de asistencia social gubernamental. La arenga fue en el ocaso de los 80.

 

 

La intelectualidad pidió a la Regencia de la ciudad que rescatara el inmueble para rendir homenaje a quien ellos consideraban el Padre de la Poesía Contemporánea. “Así se creó la Casa del Poeta ‘Ramón López Velarde’, y nació como IAP por ser un proyecto no lucrativo”, dijo.

 

 

Nació, subrayó, “para asistir a todo público a través de la poesía, y qué mejor que hacerlo de esa forma y con el espíritu de Ramón López Velarde”. Tiene por objetivos ser sede del Museo de Sitio que lleva el nombre del vate y de las bibliotecas de Salvador Novo y Efraín Huerta, y ser un punto de encuentro para poetas y escritores, enfatizó.

 

 

Tras la restauración arquitectónica y el equipamiento de oficinas, museo y otros espacios, la casa se constituyó casi al final de 1991 y comenzó a operar en 1992. “Por eso durante todo 2017 celebramos su 25 aniversario. El gran día será este 25 de mayo, con 18 poetas internacionales”, anotó.

 

 

Es sede del museo porque esa galería ocupa el cuarto donde murió el poeta; depositaria de las bibliotecas mencionadas, porque ahí descansan los acervos personales de Novo y Huerta, y sitio de encuentro, porque a través de presentaciones de libros, lectura de poesía y talleres, conferencias y más, el público conoce y convive con los poetas de hoy en día.

 

 

Cada año, la Casa del Poeta se posiciona más y mejor en el ámbito cultural, de manera especial en el de la poesía. Es un referente nacional como espacio para la poesía de calidad, y los poetas, tanto los incipientes como los ya ampliamente reconocidos, la ven como el sitio ideal para presentar sus obras, leer las de otros y conocer lo nuevo.

 

 

Con una formidable salud desde su nacimiento, esa institución opera su programa cultural con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, explicó al enfatizar que desde que se constituyó e instituyó, apoya la línea cultural marcada por la misma autoridad. Además del apoyo oficial, genera sus propios recursos, acotó.

 

 

El público dispone de un salón de usos múltiples, una unidad de seminarios y talleres, un espacio para presentaciones de libros, y un café bar que gusta por cómodo y seguro. “Es muy agradable escuchar poesía mientras se disfruta un café, un refresco, una cerveza o un coñac; no es un bar común, es un espacio de la casa donde se ofrece ese servicio”, acotó.

 

 

Conjuntamente con la Secretaría de Educación Pública (SEP), un programa de Visitas Escolares; los estudiantes reciben una plática sobre la casa y su historia, su rescate arquitectónico, lo que hoy hace. Posteriormente, se proyecta un video sobre la época en que Ramón López Velarde fue inquilino del lugar.

 

 

La Casa del Poeta ha estado siempre en un nivel de perfección en todos los ámbitos. “Ramón murió deseando tener casa propia; la casa familiar, en Jerez, se había perdido en la revuelta de la Revolución, nosotros le estamos dando la casa que siempre deseo y a eso se debe que la Casa del Poeta cumpla felices 25 años”, finalizó la entrevistada.

 

 

grg