La sorpresiva captura hoy de Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado” y considerado el sucesor de Joaquín “El Chapo” Guzmán, recrudecerá la pugna por el control del cártel de Sinaloa y la violencia en el Pacífico mexicano, coincidieron hoy analistas consultados por Efe.

 

La violencia “podría incrementarse de manera sustancial en todo el Pacífico mexicano, desde Michoacán a Sonora, incluyendo Baja California Norte y Baja California Sur”, indicó el experto en narcotráfico Jesús Lemus.

 

Este martes la Ciudad de México amaneció con la detención de Dámaso López en un edificio de lujo de la acomodada colonia Anzures.

 

El “Licenciado” era considerado la mano derecha y sucesor de Joaquín “el Chapo” Guzmán en el cártel de Sinaloa, especialmente luego de que este fuera capturado en enero de 2016 en Los Mochis,  Sinaloa, y extraditado a EU en enero de este año.

 

No obstante, entró en disputa con Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán, hijos del “Chapo”, por el control del cártel.

 

Es en este contexto en el que la detención de López Núñez puede acentuar la rivalidad dentro del mismo cártel, una pugna que, en lo que va de año, ha causado más de medio millar de fallecidos.

 

Hay “una disputa sucesoria abierta y es algo que esta detención no va a terminar, sino que es más bien probable que la exacerbe”, comentó a Efe el analista de seguridad Alejandro Hope.

 

Según el especialista, es muy probable que Dámaso López Serrano, alias el “Mini Lic” e hijo del hoy capturado, tome las riendas de la facción que capitaneaba su padre, y busque venganza contra los hijos del “Chapo”.

 

“Yo creo que la captura de Dámaso López fue finalmente con el apoyo del cártel de Sinaloa, de los hijos del ‘Chapo’ Guzmán, que de alguna forma filtraron a través de su sistema de inteligencia la ubicación de este señor”, agregó Lemus.

 

La rivalidad entre estas dos facciones del cártel de Sinaloa se hizo patente en los últimos meses.

 

En agosto del pasado año, un comando armado entró en un lujoso restaurante del balneario turístico de Puerto Vallarta, Jalisco, y secuestró a varias personas, entre estos los hijos del “Chapo” Jesús Alfredo e Iván Archivaldo, quienes posteriormente fueron liberados.

 

De acuerdo con las autoridades, detrás del suceso estaba el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más poderosos del país.

 

No obstante, los especialistas no descartan que el artífice de ello fuera el propio Dámaso López Núñez, quien mantenía vínculos con el CJNG.

 

Según explicó Lemus, el líder de CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, apoyaba “económica, financiera y logísticamente” al Licenciado, y tras su captura es probable que las fuerzas del cártel de Sinaloa que él capitaneaba pasen a la organización rival, desatando la violencia en la región.

 

En febrero, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán publicaron una misiva denunciando que habían resultado heridos en un ataque ordenado por Dámaso López y en el que iban presuntamente acompañados por “el Mayo” Zambada, líder histórico de este poderoso cártel que hoy se encuentra “altamente descentralizado”, apuntó Hope.

 

La estrecha amistad entre Dámaso López padre y el “Chapo” se remonta a los años noventa, cuando Guzmán cumplía condena en el penal de Puente Grande (Jalisco) y López era el subdirector de ese recinto penitenciario.

 

En esta etapa, López colocó a un grupo de custodios para la protección personal de Guzmán -explicó Lemus- y fue quien orquestó la fuga del capo el 18 de enero de 2001, en un carrito de lavandería y con la ayuda de funcionarios.

 

Meses después, López se sumó a las filas del grupo criminal y fue creciendo dentro de la organización. Considerado un “tipo astuto”, según Hope, ganó “influencia” sobre Guzmán y fue “creando su propia facción” junto a su hijo, el “Mini Lic”.

 

 

JMS