Tiene razón Manlio Fabio Beltrones cuando afirma que la ciudadanía ya está cansada de las guerras sucias en los procesos electorales, porque en éstas no se confrontan ideas ni propuestas de gobierno.

 

Sin embargo, partidos y candidatos que contenderán el próximo 5 de junio no pueden resistir la maldad de lanzar poca, mucha y, en ocasiones, abundante inmundicia a sus contrincantes, quienes responden con la misma “técnica”. ¿Será porque carecen de ideas y propuestas? Preguntan los observadores.

 

En Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, Quintana Roo, Puebla, Chihuahua, por ejemplo, los candidatos a la gubernatura de los principales partidos políticos parecen estar convencidos de que entre más inmundicia se avienten unos a otros, saldrán fortalecidos. Y aunque en opinión de Beltrones “vociferando o lanzando insultos no conquistarán más votos…”,  podrían ganar la elección, apuntan los observadores.

 

Cansado de la guerra sucia por parte del PAN en contra de sus  candidatas de Aguascalientes y Puebla, Lorena Martínez y Blanca Alcalá, respectivamente, el secretario de Acción Política del PRI, Manuel Añorve, calificó de cínico, mentiroso, sinvergüenza y otras cosas horribles, horribles al dirigente del PAN, Ricardo Lagrimita Anaya, por acusar a las señoras de enriquecimiento inexplicable cuando no tienen “ni en qué caerse muertas”. Ya encarrerado, Manuel le reclamó también defender a los impresentables candidatos que eligieron para contender en Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares; en Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca; de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, y de Puebla, José Antonio Gali. Y le recordó  a Anaya que las campañas de “contraste” (o sea, la guerra sucia), las iniciaron en el PAN.

 

Las campañas sirven para que el electorado conozca a fondo a quienes pretenden gobernarlo, subrayó el doctor Añorve, y son las nuevas tecnologías (incluyendo la “neurociencia política”, le faltó decir), la mayor participación social y lo que publican los medios de comunicación la mejor herramienta para ello.

 

Ay, Manuelito, ay, Manuelito, ahora sí te viste muy ingenuo, dicen sus detractores.

 

Por cierto, en Quintana Roo, hace unos días se denunció que un “empresario” de nombre Jamil Hindi es el operador financiero de la campaña del candidato de la coalición PAN-PRD por Quintana Roo, Carlos Joaquín. Dicen los malosos que la PGR investiga al susodicho empresario desde 2011 por supuestas operaciones con recursos de procedencia ilícita y falsificación o alteración de moneda.

 

Duro golpe para Carlangas, quien ante las denuncias por su presunta relación en actividades de financiamiento ilegal y lavado de dinero, así como sus vínculos con operadores de dudosa procedencia, ha emprendido una guerra sucia para convertirse en víctima y decir que le quieren robar la elección.

 

Así las cosas. Los observadores políticos objetivos e imparciales concluyen que la guerra sucia, campañas de “contraste”, o como quieran calificarlas, llegaron para quedarse, por lo que serán el condimento político más importante en  las elecciones del próximo 5 de junio y las de 2018, obviamente.