WASHINGTON.- Miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) como México, Estados Unidos, Brasil, Chile y Paraguay, entre otros, pidieron que el organismo intervenga para detener la violencia que se vive en Venezuela desde hace dos meses.

 

Representantes de los países de la OEA se reunieron para para discutir la crisis venezolana, sin embargo fue suspendida ante la falta de acuerdo sobre las dos propuestas de declaración presentadas.

 

Durante su intervención en la sesión plenaria, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, dijo que el agravamiento de la crisis en Venezuela y las alteraciones a su orden democrático merece que los países de la OEA actúen con urgencia  mediante nuevas gestiones diplomáticas.

 

“La aguda polarización que hemos observado en los últimos meses aunada al recrudecimiento de la violencia que desde el primero de abril de 2017 ha identificado un creciente número de muertos y cientos de heridos, nos obliga a todos a actuar con urgencia”, manifestó el canciller en la sede de la OEA en Washington.

 

Calificó como preocupante la falta de garantías para ejercer el derecho a manifestarse y el alto número de detenciones arbitrarias, además del creciente número de ciudadanos venezolanos que están siendo juzgados en tribunales militares.

 

El  encargado de la política exterior de México reiteró  la voluntad  de apoyar a la atención de esta grave crisis, si así lo deciden los propios venezolanos.

 

En el mismo sentido se pronunció el subsecretario de Estado de EU para Asuntos Políticos en funciones, Thomas Shannon, quien abogó por la creación de un “grupo de contacto” de miembros de la OEA que medien en Venezuela para devolverle la “paz y la prosperidad”.

 

Los representantes de Brasil, Chile y Paraguay coincidieron en que el organismo no solo puede sino que debe actuar sobre la crisis venezolana.

 

El canciller de Brasil, Aloysio Nunes Ferreira Filho, afirmó en su intervención -de seis minutos para cada Estado- que “la solución legítima provendrá de los venezolanos” pero que la región no puede quedarse “de brazos cruzados” porque los principios fundacionales de la OEA son la democracia representativa y los derechos humanos.

 

Luego de las exposiciones se declaró un receso para tratar de consensuar una declaración conjunta a partir de las dos propuestas presentadas, lo cual no se logró.

 

La propuesta de declaración liderada por EU, México, Perú, Canadá y Panamá condena la Asamblea Constituyente y es muy crítica con el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras que la presentada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) no recoge la mayoría de esas demandas.

 

El texto del grupo impulsor del encuentro -encabezado por países como México, EU, Perú y Canadá- pide a Maduro la liberación de los “presos políticos” y un calendario electoral con observación internacional.

 

También exhorta al Gobierno venezolano a que “busque asistencia humanitaria internacional” y le ofrece crear “un grupo de apoyo” para proveer esa ayuda junto con los organismos especializados, entre otros aspectos.

 

Por otro lado, los 14 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) presentaron un proyecto que no incluye la mayoría de las demandas del otro grupo.

 

Ninguna de estas propuestas era de consenso, lo que evidenció que era imposible redactar un texto que recabara los 23 votos necesarios, es decir, los dos tercios de los 34 Estados representados (todos menos Cuba).

 

En lo que sí coinciden los dos borradores es en pedir el cese de la violencia a todas las partes, un nuevo proceso de diálogo, la creación de un grupo que lo acompañe y en la invitación a Venezuela a reconsiderar su decisión de dejar la OEA.

 

Los embajadores en la OEA deberán acordar ahora una fecha para otra reunión de consulta de cancilleres sobre el mismo tema a celebrarse antes de la Asamblea General de la organización, que tendrá lugar entre el 19 y el 21 de junio en Cancún (México).

 

aarl