LONDRES. El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, anunció en el Parlamento un endurecimiento de las leyes antiterroristas para reforzar el control fronterizo contra los yihadistas británicos que combaten en Irak y Siria.

 

 
El grado de alerta por terrorismo fue elevado hace tres días a “grave” en el Reino Unido por el Gobierno de Cameron, que lleva tiempo avisando del riesgo de que extremistas británicos que combaten en Siria e Irak junto al Estado Islámico (EI), cuyo número se estima en 500, regresen al Reino Unido para organizar atentados.

 

“Somos una sociedad abierta, tolerante y libre. Pero no podemos permitir que ese aperturismo sea confundido con una tolerancia hacia el extremismo”, señaló el premier en una comparecencia ante la Cámara de los Comunes para informar de la nueva legislación.

 

Las medidas hacen hincapié en el aspecto preventivo y se centrarán en dos vías: neutralizar a posibles extremistas en las fronteras británicas y vigilar a los que ya están dentro del país.

 

Entre otras, la policía dispondrá de poderes temporales para confiscar el pasaporte en la frontera a los británicos de los que sospeche que viajan con intención de unirse a la causa yihadista y también se restringirán los movimientos de posibles extremistas dentro del Reino Unido.

 

Además, las aerolíneas deberán facilitar con antelación sus listas de pasajeros para que las autoridades puedan identificar a posibles sospechosos o en caso contrario, según Cameron, se impedirá que sus aviones aterricen en el Reino Unido.

 

Aunque el máximo responsable policial de Scotland Yard lo había pedido, los británicos sospechosos de participar en ataques terroristas no serán despojados de su pasaporte, pero se buscarán formas para impedir durante un tiempo que regresen a este país.

 

Para el primer ministro británico, “necesitamos poderes discrecionales específicos que nos permitan excluir a británicos del Reino Unido”.

 

“Presentaremos nuevos poderes que se unirán a las medidas de prevención e investigación ya existentes y que incluirán restricciones”, que permitirán reubicar a los sospechosos y utilizar “zonas de exclusión”, apuntó.

 

En la sesión, el líder laborista, Ed Miliband, apoyó los objetivos que busca el Gobierno con estas medidas si bien censuró la falta de detalles facilitados por Cameron, que las ha negociado con sus socios liberaldemócratas en el Gobierno, reticentes a rebajar las libertades civiles.

 

La semana pasada, Londres elevó desde “sustancial” a “grave” -el cuarto grado de una escala de cinco- su nivel de alerta por terrorismo ante la evolución de los conflictos en Siria e Irak, si bien ha subrayado que no tiene información que apunte hacia un ataque “inminente”.

 

Para Cameron, la reciente decapitación del periodista estadunidense James Foley a manos de un yihadista supuestamente de origen británico fue una “prueba evidente” de que el auge del extremismo es el mayor riesgo de seguridad que afronta actualmente el Reino Unido.

 

Londres calcula que unos 500 de sus ciudadanos han viajado a Siria o Irak para combatir junto a extremistas islámicos, al igual que unos 700 franceses, 400 alemanes y de otras nacionalidades, entre las que Cameron citó también hoy en los Comunes a España.

 

Para David Cameron, es preciso usar todos los enfoques posibles, desde el diplomático al de seguridad, y actuar “de forma dura e inteligente” ante la amenaza de un grupo que quiere perpetuar un modo de vida “medieval”, que “no tiene nada que ver con el Islam”.

 

En su comparecencia parlamentaria, el primer ministro británico señaló que apoyar los valores británicos “no es una opción, sino una responsabilidad” para quienes viven en el Reino Unido, y se mostró convencido de que finalmente se podrá “derrotar al extremismo y garantizar nuestra forma de vida para las próximas generaciones”.

 

Indicó además que algunas normas irán acompañadas de salvaguardas, consciente de que su contenido resultará controvertido en algunos ámbitos, y se comprometió a defender en los tribunales la nueva legislación en caso necesario.

 

 

 

Insólita alianza entre Irán y EU

 

 

WASHINGTON. El periódico The New York Times indicó sin citar sus fuentes que milicias chiíes respaldadas por Irán y aviones de guerra de Estados Unidos combatieron este fin de semana contra los yihadistas suníes, lo cual, dijo, podría señalar “un cambio espectacular” tanto para Washington como para Teherán.

 

“Si tales acciones militares continúan podrían alinear los intereses de EU con sus enemigos jurados de mucho tiempo en las milicias chiíes, cuyos combatientes mataron a muchos soldados estadunidenses durante la larga ocupación en Irak”, agrega.

 

El diario indica que “al parecer” la supuesta alianza contra los yihadistas se dio por primera vez este fin de semana.

 

Hasta ahora no hay información oficial al respecto, aunque un funcionario no identificado dijo al diario que sí que ha habido alguna coordinación con milicias chiíes, “la habrán hecho las fuerzas de seguridad iraquíes”.

 

Sobre los combates en la zona, el ejército iraquí y las tropas kurdas retomaron el control de la ciudad septentrional de Suleiman Bek, ocupada durante dos meses por el Estado Islámico (EI), tras un mes de agosto en el que murieron mil 420 personas por la violencia en Irak, según cifras de la ONU.

 

En los combates por la recuperación de Suleiman Bek, ubicada 90 kilómetros al este de Tikrit -capital de la provincia de Saladino-, las fuerzas mixtas mataron a cerca de 30 yihadistas gracias en parte al apoyo de milicias de voluntarios chiíes y de la aviación iraquí, dijo a la Agencia EFE una fuente de seguridad.

 

Una vez recuperada la ciudad, varios equipos de artificieros han procedido a desactivar los numerosos explosivos que los integrantes del EI colocaron en calles, viviendas e instalaciones del Gobierno local.

 

Con la liberación de esta localidad las tropas no detienen su plan de recuperación del territorio perdido durante los últimos meses en manos de los yihadistas y, tanto el ejército iraquí como los “peshmergas” o milicias kurdas del país, continúan su avance en el norte de Irak.

 

 
Esa ofensiva se sitúa en las últimas horas en la localidad de Zemar, que continúa cercada por los “peshmergas” con apoyo de los bombardeos estadunidenses, que les ayudan a controlar el 70% de la ciudad, aunque quedan algunos enclaves controlados por el EI en los alrededores.

 

Además, las fuerzas mixtas han atacado recientemente con explosivos a patrullas del EI dentro y fuera de la ciudad de Mosul, la segunda mayor del país, especialmente en el sur de esta localidad en manos de los radicales.

 
Tal es el interés por recuperar Mosul que la Comisión de la Seguridad Nacional iraquí ha formado una sala de operaciones específica para retomarla, según el responsable de la Comisión de Seguridad del Consejo Local de Nínive, Mohamed Ibrahim al Bayati.