El aumento en las proyecciones sobre el tipo de cambio y la producción petrolera para 2017, implica un mayor gasto, compromete la meta de alcanzar un superávit primario el año próximo; es decir, que el gobierno federal gaste menos de lo que obtiene, sin contar el pago de la deuda, coincidieron analistas.

 

Para el año próximo se estableció el objetivo de lograr un superávit de 180 mil millones de pesos, o 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB).

 

En opinión de los especialistas, el ajuste en las expectativas por parte de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, no está justificado, pues se hizo sin contar con un estudio o documento que lo respalde y su único objetivo es aumentar la cantidad de gasto disponible para el año entrante.

 

De acuerdo con Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), no hubo transparencia en los argumentos que justifiquen las modificaciones a la Ley de Ingresos, ni se conoce quién promovió esta iniciativa.

 

Para Alfredo Elizondo, investigador de Gestión Social y Comunicación (Gesoc), la previsión anterior de la producción de petróleo, que se estableció en un promedio diario de 1.928 millones de barriles, ya era “demasiado optimista” y los diputados están inflando la bolsa para tener más dinero para gastar.

 

“Estos recursos seguramente se dirigirán al Ramo 23, que es conocido como el ‘fondo de los moches’, porque son los recursos que etiquetan los diputados para destinar al desarrollo de obras en estados y municipios, aunque no son vigiladas por ninguna autoridad”, detalló.

 

El incremento de los recursos para el Ramo 23 es la moneda de cambio para que el Congreso apruebe los paquetes fiscales sin modificaciones mayores, abundó.