El mercado laboral mexicano continúa presentando mejores condiciones que la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en términos del desempleo, sin embargo, la calidad del ingreso en el país es la menor de los 34 países que integran este organismo.

 

Lo anterior, debido a que México tiene un promedio de ingresos relativamente bajo y es el tercero en términos de desigualdad en la distribución de los mismos, determinó la OCDE en su reporte Perspectivas del Empleo 2014.

 

En el documento precisa que México requiere hacer más para elevar la participación laboral y mejorar la calidad de los puestos de trabajo, así como reducir la informalidad para asegurar un mercado que promueva la eficiencia y la equidad.

 

En la nota país titulada ¿Cómo se sitúa México? expone que tras registrar una de las tasas de crecimiento más fuertes en la OCDE (3.7%), el crecimiento económico en México se desaceleró a 1.3% en 2013 y el desempleo aumentó en 0.1 puntos para ubicarse en 5% en el segundo trimestre de 2014.

 

El organismo internacional destaca que las proyecciones sugieren que el crecimiento volverá a ubicarse en tasas superiores a 3% en 2014 y 2015, y que el desempleo bajará de 5 a 4.5% en el cuarto trimestre de 2014.

 

Señala que si bien la tasa de desempleo es baja, la tasa de empleo, de 60.9%, es menor a la registrada en otros países de la OCDE, y muchos jóvenes y mujeres están excluidos de la fuerza laboral.

 

Refiere que mientras, en promedio, en el organismo internacional 62.7% de las mujeres están empleadas o buscando trabajo, en México este porcentaje alcanza 47.3%.

 

Además, casi 40% de las mujeres jóvenes en México no estudia ni trabaja o se capacita (ninis), por lo que se ubica como la segunda tasa más alta en la OCDE después de Turquía.

 

“El desafío para el mercado laboral en México involucra mejorar la calidad de los puestos de trabajo y reducir la informalidad”, considera la Organización.

 

La OCDE señala que casi 60% de los empleos en México se encuentra en el sector informal, por lo que el mercado laboral muestra una fuerte segmentación entre el formal y el informal.

 

Refiere que los trabajadores en el sector informal son sujetos de mayor inseguridad; la informalidad limita las economías de escala y los empleadores en el sector informal dedican menos recursos a sus trabajadores, reduciendo el crecimiento de la productividad.

 

 

Pero destaca que las iniciativas incluidas en la reforma laboral de noviembre de 2012 tienen el potencial de mejorar el funcionamiento del mercado, de fortalecer el crecimiento del trabajo formal, de proteger a trabajadores en situación de vulnerabilidad y de aumentar la adaptabilidad del mercado laboral.