La nostalgia siempre vende. Volver hacia atrás algunos años o décadas, a esos momentos que representaron los mejores años de nuestra juventud, es una tentación difícil de librar y más cuando ahora sí, a diferencia del momento en que se vivió aquella etapa, se cuenta con el dinero suficiente en la bolsa para comprarla.

 

Moda de los años cincuenta, sesenta, setenta u ochenta, dependiendo la década que se haya decidido explotar en determinado momento. Lentes de pasta. Sillones de terciopelo. Muebles vintage. Cámaras instantáneas polaroid. Juegos de video como Pacman. Reuniones de bandas icónicas en alguna otra época que dan conciertos del reencuentro. Instagram. Discos de vinyl. Todos empaquetados de una nueva forma, comercializados a precios superiores a los de su respectiva época, y dignos de encontrarse en las mejores tiendas, boutiques, foros o mercados digitales. Porque, como dirían muchos de sus nostálgicos compradores, “nada es como lo de antes” y vale la pena pagar por volver a tenerlo.

 

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Un interesante caso de emprendedor digital que apela a la nostalgia o pureza como él lo llama, es el músico Neil Young, quien próximamente lanzará un dispositivo y servicio de música digital de nombre “Pono” con el cual planea hacer frente a… iTunes!, y a otros gigantes de la música digital como Pandora o Spotify, que se han adueñado del mundo de la música en su versión para internet.

 

La palabra, de origen hawaiano y que connota a una pureza absoluta, busca dar identidad a un servicio que en palabras del mismo Young regresa a la música a su más puro sonido. A su esencia. A la forma en la que la música suena realmente (un argumento muy similar al que dio origen al renacimiento del disco de vinyl como formato musical).

 

Young, un veterano de 68 años que de música se las sabe de todas, todas, dice que los dispositivos que proliferan en el mercado, especialmente los teléfonos móviles, tienen un rango limitado de frecuencias de reproducción que impiden que un sonido sea puro. Son, en su opinión, como una fotocopia. O representan la diferencia entre ver a la Mona Lisa en vivo dentro del Museo del Louvre, o ver una fotografía de la misma. La música de hoy escuchada en esos dispositivos y con unos audífonos “lastima”, algo que no solía ocurrir, termina argumentando Young en una evidente frustración con lo existente en versión digital para los melómanos.

 

Por eso lanza Pono. Un dispositivo de 399 dólares que permitirá la descarga de música de la tienda del mismo nombre. ¿Llega tarde? Tal vez. ¿Su precio es excesivo comparado con lo que existe en el mercado? Quizá. ¿Será la mejor alternativa para escuchar música digital? Al menos el gran amigo de Eddie Vedder de Pearl Jam, Neil Young, piensa que sí, y parece no ser el único que lo cree, pues Kickstarter, una plataforma digital que permite fondear proyectos creativos a nivel global, le ha permitido recaudar más de seis millones de dólares para llevarse a cabo.

 

De lo que estoy seguro es que como todos los ejemplos mencionados al inicio de esta columna, existe un mercado de nostálgicos para la forma en que suena la música en vivo, o a como sonaba en otros formatos como el vinyl. Veremos si Pono se une a la lista de éxitos nostálgicos.

 

 

Existe un mercado de nostálgicos para la forma en que suena la música en vivo, o a como sonaba en otros formatos como el vinyl. Veremos si Pono se une a la lista de éxitos nostálgicos