Tras cuatro años y tres meses de la masacre de 72 migrantes perpetrada por la organización de Los Zetas en San Fernando, Tamaulipas, las autoridades no saben con precisión cuántos implicados planearon y concretaron el multihomicidio, y por tanto, quiénes siguen prófugos.

 

Ayer, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) confirmó la detención de José Guadalupe Reyes Rivera, uno de los tres considerados como principales responsables de los hechos suscitados los días 22 y 23 de agosto de 2010, en el ejido de El Huizachal.

 

En ese lugar 58 hombres y 14 mujeres provenientes de Centro y Sudamérica, fueron acribillados tras negarse a entrar en las filas de la organización delictiva luego de que habían sido secuestrados en su trayecto a Estados Unidos.

 

Reyes Rivera, alias El Sasi, presunto jefe de sicarios zeta, por quien la Procuraduría General de la República (PGR) ofrecía una recompensa de cinco millones de pesos por información para su captura, fue capturado el lunes pasado por policías federales, quienes cumplimentaron una orden de aprehensión en su contra cuando éste se encontraba en un taller mecánico, presuntamente de su propiedad en la colonia Camino al Pueblo, en Ciudad Victoria.

 

Los otros dos señalados son Román Ricardo Palomo Rincones, alias El Coyote, quien era lugarteniente de Los Zetas en San Fernando y que fue detenido en agosto de 2013.

 

El tercero es Juvenal Burciaga, El Alacrán, de quien el 4 de marzo de 2012 se reportó que supuestamente había muerto en un enfrentamiento con integrantes del Cártel del Golfo, sin embargo, ninguna autoridad federal o estatal confirmó o desmintió dicha versión. A la fecha, la ficha de recompensa de la PGR sigue vigente.

 

Desde el inicio de las indagatorias, las autoridades demostraron imprecisión en el caso. Pues cuando de forma preliminar se informó de siete sospechosos de haber cometido el acto, entre ellos varios líderes y mandos medios del grupo criminal, el avance de las pesquisas ha indicado que son varios más los que a la fecha podrían estar prófugos.

 

El 6 de octubre de 2012 personal de la Marina detuvo en Nuevo Laredo a Salvador Alfonso Martínez Escobedo, alias La Ardilla, señalado como jefe regional de Los Zetas en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, y además fue implicado como “presunto autor intelectual” de la matanza, cuando dos años atrás no se había considerado en la lista de sospechosos.

 

Como parte de la estrategia que mantiene el gobierno federal contra las estructuras delictivas del país, particularmente en el caso de Los Zetas, varios de miembros de alto y medio rango han sido acusados de dicha ejecución.

 

Tal fue el caso reciente de Omar Treviño Morales, quien asumió las riendas de la organización tras la captura de su hermano, y quien además de estar ligado al ataque del Casino Royale, también cuenta con nexos sobre el caso de San Fernando, según Monte Alejandro Rubido, titular de la CNS.

 

Apenas en diciembre del año pasado la PGR informó sobre la captura de 17 policías municipales de San Fernando ligados a la masacre, quienes en aquel entonces habrían cumplido con labores de halconeo (vigilancia) en favor del cártel.