La detención de Óscar Pascual de la Rocha Rivera, familiar político y colaborador “de confianza” de Rafael Caro Quintero, podría ser una pieza clave para la reaprehensión del capo.

 

Fuentes federales consultadas por este diario señalaron que de acuerdo con las declaraciones de De la Rocha Rivera ante el Ministerio Público Federal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la PGR, se podría determinar “algún enlace” entre el considerado jefe regional y Caro Quintero.

 

Instancias del gabinete de seguridad confirmaron ayer en un comunicado la detención de realizada en el poblado de Bahía de Kino, en Hermosillo, Sonora, el domingo pasado, desde donde organizaba el trasiego de mariguana y droga sintética.

 

Tras la detención de Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, De La Rocha seguía con las actividades ilícitas con un bajo perfil y para lo cual estableció alianzas con grupos delictivos locales.

 

De la Rocha Rivera, de 54 años de edad, originario de Culiacán, Sinaloa, habría iniciado su carrera delictiva en la década de los 80 al lado de Rafael Caro Quintero, con quien estrechó aún más su relación al casarse con una de las familiares del capo.

 

Desde entonces a la fecha, las fuerzas federales identificaban los municipios de Caborca y Hermosillo como su principal zona de operación, donde coordinaba los envíos de sustancias ilícitas a través del tramo fronterizo que comprende el municipio de Altar con destino a Estados Unidos.

 

Mediante los trabajos de inteligencia encabezados por la Policía Federal se ubicó y detuvo a De la Rocha Rivera y a seis de sus colaboradores sin efectuar un solo disparo. El presunto colaborador de Caro Quintero contaba con una orden de aprehensión por el delito de delincuencia organizada.

 

Óscar Pascual De la Rocha intentó sobornar a los agentes con un millón de dólares para evitar su detención. Les fueron aseguradas tres armas largas, un arma corta, droga sintética y un vehículo.

 

El pasado 22 de enero un juez ordenó la “inmediata reaprehensión” de Rafael Caro del secuestro y homicidio del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, crimen cometido en 1985.