La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó en comisiones, el pasado 26 de abril, la iniciativa con la que se busca retirar más de 30 mil topes en la Ciudad de México; aun falta que el proyecto sea aprobado por el Pleno, lo que se prevé ocurra próximamente.

 

Una de las razones por las que expertos recomiendan el retiro de topes o reductores de velocidad es debido a que acelerar y frenar al pasar uno de ellos incrementa el consumo de combustible, así como las emisiones del vehículo,  además de que contribuyen a crear tráfico.

 

Cabe destacar que algunas delegaciones ya comenzaron la tarea, como Miguel Hidalgo, Iztapalapa y Benito Juárez, pero no hay un presupuesto específico para el retiro de topes, por lo que las labores se están realizando con recursos destinados a bacheo y mantenimiento urbano de cada demarcación.

 

De acuerdo con David Rodríguez, director de Servicios Urbanos de la delegación Miguel Hidalgo, el retiro de topes no es la tarea primordial del área a su cargo, sino que ésta se atiende de acuerdo a la demanda del servicio..
“No hay un área exclusiva, sino que es la jefatura de la Unidad Departamental de Bacheo la que va a tapar (sic) los topes. No tenemos una cuadrilla especializada, no tenemos planteado cuántos se retirarán”, dijo.

 

Cabe destacar que, por jurisdicción, a las demarcaciones les corresponde quitar los topes de las vialidades secundarias, que ocupan un promedio de tres carriles viales (aproximadamente nueve metros).

 

David Rodríguez aseguró que en los casos de los topes de concreto, más resistentes que los de asfalto negro, los trabajos dan la impresión de que el suelo queda inestable y con protuberancias tras las labores de retiro. En ese sentido, detalló que se hace una cuneta (zanja) y se vuelve a poner asfalto caliente para emparejar.

 

Por su parte, Alejandro García Lara, académico del Instituto Tecnológico de Monterrey y especialista en Urbanismo, opinó que la decisión de quitar los topes llega demasiado tarde, pues la mala planeación de las vialidades requiere de otras atenciones prioritarias.

 

García asegura que la Secretaría de Movilidad y la de Obras y Servicios deberían tener un estudio de cuántos topes hay, cuáles son los más peligrosos y cuál es la inversión que se requiriere para retirarlos.

 

En ese sentido, explicó que antes de retirar los topes se deben reparar los baches y emparejar las coladeras, pues éstos generan más daños que los propios reductores de velocidad.

 

Además, señaló que su retiro implicará un gasto doble, pues no hay una partida presupuestal específica para esa labor.

 

“A todos los ciudadanos les dicen que se construyen cosas, pero no se les da información real. Dicen que retirarán 30 mil topes y son muchos más… no saben ni dónde están”
Alejandro García Lara