El próximo 15 de octubre en la capital alemana, Berlín, se abrirá “The Feuerle Collection”, un nuevo museo de arte contemporáneo situado en un búnker de telecomunicaciones de la Segunda Guerra Mundial.

 

El majestuoso edificio de hormigón, renovado por el arquitecto británico John Pawson, albergará una colección privada de Désiré Feuerle, quien declaró este miércoles que “he estado buscando el lugar adecuado por todo el mundo.

 

Feuerle declaró “quiero que la gente sienta el arte, lo experimente por sí mismo, se deje llevar a otro mundo, pero sin etiquetas ni predisposiciones. Cada uno debe hacer su propio viaje entre mi colección”.

 

Respondió así ante la pregunta de por qué las obras no llevaban nombre, ni explicación. “Quien quiera más información sobre las obras puede preguntar al guía que le acompañe, pero intentando respetar al resto del grupo”.

 

La visita se podrá realizar bajo previa cita, los viernes sábados y domingos por un precio de 18 euros la entrada, y un máximo de unas 14 personas por grupo, “debe haber un silencio que permita a la gente reflexionar en el espacio y con las obras” añadió.

 

En el “The Feurele Collection” se podrá ver una mezcla de artistas contemporáneos internacionales como la escultora y grabadora española Cristina Iglesias, galardonada y reconocida por su obra que se encuentra en espacios públicos y museos en varios países del mundo.

 

La superficie del museo es de seis mil 480 metros cuadrados, repartidos en dos plantas.

 

En la sala de abajo, por donde se empieza el recorrido, el visitante entra en una sala completamente oscura y se deja llevar por una música de tonos minimalistas y silencios de John Cage.

 

Después de salir de la sala del sonido, se presupone que uno está preparado para adentrarse en el arte sin distracciones y se visita una gran sala con poca luz que ilumina las obras. Sigue después otra sala, la del Lago.

 

Una gran cristalera nos deja ver una sala con agua, la llamada “Lake Room”, la Sala del Lago, con mucha agua que suministra energía sostenible para la calefacción del museo a través de un surtidor geotermal.

 

En 2017 está previsto que se inaugure la sala del incienso, dónde se celebrarán ceremonias con esos materiales. Será la primera sala en el mundo en un museo de estas condiciones y su objetivo será enfatizar la importancia antigua de la ceremonia.

 

En la parte de arriba, el espectador se encontrará de nuevo con una gran sala oscura con las piezas de obra seleccionadas por Désiré Feuerle.

 

También se podrán ver piezas del escultor británico nacido en la India, Anish Kapoor, y el chino, Zeng Fenzhi, uno de los pintores contemporáneos más reconocido y cotizado de la actualidad, que logra generar en el espectador sensaciones como la ansiedad contenida o la soledad.

 

Una lista de artistas internacionales que el espectador podrá disfrutar unido al mobiliario Imperial Chino y al arte del Sudeste Asiático que se podrá ver en este peculiar museo ubicado en un refugio de la Segunda Guerra Mundial.

 

El museo estimula la conversación entre diferentes períodos de tiempo y culturas, ofreciendo una percepción alternativa de la antigüedad, que crea una nueva perspectiva en las obras de arte y conduce a los visitantes a través de una experiencia.

 

Durante muchos años se ha calificado a Berlín de ser la ciudad de los artistas, pero no la de coleccionistas de arte. Pero al parecer eso está cambiando: en los últimos cinco años en cambio, una serie de coleccionistas han abierto sus propias salas de exposiciones en Berlín.

 

Entre ellas se cuentan la de Axel Haubrok, de Thomas Olbricht, de Timo Miettinen en el Salon Dahlmann, y ahora con esta nueva colección en un búnker. Son un ejemplo claro de esta tendencia que se registra en Berlín.

otm