Reconocida en el mundo de la fotografía por sus interesantes proyectos, así como por ser la primera mujer integrante de la agencia Magnum, una de las más importantes en todo el mundo, la austriaca Inge Morath es recordada a 15 años de su deceso, ocurrido el 30 de enero de 2002.

 

Morath nació en Graz, Austria, el 27 de mayo de 1923; fue hija de padres científicos, quienes trabajaban en diferentes laboratorios y universidades europeas, situación por la cual la residencia de la familia cambió en varias ocasiones.

 

De acuerdo con sus biógrafos, el primer encuentro que tuvo Morath con el arte de “vanguardia” fue en 1937 con la exposición “Entartete Kunst” (arte degenerado), que organizó el partido nazi y que buscaba encender la opinión pública en contra del arte moderno.

 

Años más tarde, precisa la fundación que lleva su nombre, Inge ingresó a la Universidad de Berlín donde estudió lenguas y aprendió francés, inglés y rumano.

 

Al concluir la guerra, Morath fue reclutada para realizar servicio de fábrica junto a prisioneros de guerra ucranianos en Tempelhof pero, al poco tiempo, dicha fábrica sufrió un ataque por parte de los rusos y Morath huyó a pie a Austria.

 

Después de la Segunda Guerra Mundial, Morath trabajó como traductora y periodista y para 1948 fue contratada por Warren Trabanat como corresponsal en Viena.

 

Fue durante esa época que conoció al destacado fotógrafo austriaco Ernst Haas (1921-1986), personaje con quien en 1949 colaboró en la revista ilustrada “Heute”.

 

El portal especializado de fotografía “Xataca Foto” señala que parte del trabajo de Morath llegó a manos del fotoperiodista húngaro Robert Capa (1913-1954), quien la invitó a unirse a una de las agencias de fotografía más importantes a nivel mundial, la Magnum.

 

En dicha agencia, Morath escribía textos para acompañar las imágenes que mandaban algunos de los corresponsales fundadores como Cartier-Bresson (1908-2004) desde el Oriente o George Rodger (1908-1995) desde África.

 

A su vez, un breve matrimonio con un inglés llevó a Morath a instalarse en la ciudad de Londres y como consecuencia de ello, el abandono de su trabajo en Magnum pero también fue el inició de una nueva etapa en su vida profesional.

 

La primera fuente refiere que durante su estadía en Londres, Morath se convirtió en aprendiz del periodista Simon Guttmann (1891-1990), al mismo tiempo que comenzó a enviar su trabajo fotográfico a distintas revistas bajo el seudónimo de Egni Tharom, en ocasiones vendía algo, pero también recibió cartas alabando su ojo y deplorando su técnica.

 

Morath práctico insistentemente durante muchos años a través del lente de una cámara, buscando alguna historia que ella considerara apta para ser mostrada a Robert Capa, hasta que finalmente lo logra tras su regreso a París.

 

Durante tres meses trabajó en una historia sobre los Prêtres Ouvriers , los primeros sacerdotes católicos militantes que vivían la vida de los trabajadores en Fábricas y los barrios más pobres de París.

 

El resultado de ese trabajo fue mostrado a Capa, quien decidió integrar a Morath en 1955, como asociada y después como miembro de la agencia Magnum, con lo que se convirtió en la primera mujer fotógrafa de dicha agencia.

 

Lo siguiente fueron constantes viajes fotografiando historias por todo el mundo, especialmente Europa, el norte de África y Oriente Medio.

 

En 1956 se publicó su primer libro, “Fiesta en Pamplona”, el primero de muchos que reflejaron parte de sus viajes a este país.

 

En la década de los 80 y los 90 continuó con sus travesías y vinieros los reconocimientos, con multitud de premios otorgados a su trayectoria, como el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Connecticut o la Medalla de Honor de Oro de la Ciudad de Viena.

 

Probablemente uno de los trabajos más significativos de Morath fue el resultado de su viaje a través de río Danubio, viéndose obligada a detener su ruta en muchos países a causa del Telón de Acero.

 

En 1993, volvió a la zona para completar su trabajo en los países del bloque del Este y durante un período de dos años, documentó el impacto que había tenido la reapertura de las fronteras en la cotidianidad de la gente.

 

Tenía 78 años cuando la muerte alcanzó a la destcada fotógrafa Inge Morath, a consecuencia de un cáncer.

 

En 2003, la familia de Morath creó una Fundación con la finalidad de preservar y compartir su legado.

 

A su vez, la Agencia Magnum creó el Premio Inge Morath, el cual es administrado por la Fundación Inge Morath, y es concedido a una fotógrafa de menos de 30 años, para apoyar el trabajo hacia la concreción de un proyecto a largo plazo.

 

 

OR