El bombardeo a un hospital de Médicos sin Fronteras, en la ciudad afgana de Kunduz, que dejó un saldo de 30 muertos, fue causado por un error humano “trágico”, debido a fallos en los sistemas y los procedimientos de actuación, informó el general, John Campbell y añadió que Estados Unidos tomará medidas para que un suceso de este tipo no ocurra en el futuro.

 

En la presentación de las conclusiones de la investigación interna del Pentágono sobre este incidente, Campbell indicó que aún se están estudiando medidas disciplinarias y administrativas para los militares implicados con este ataque.

 

Indicó que el Ejército estadunidense suspendió a los militares directamente relacionados con el bombardeo al hospital.

 

“Ninguna nación hace más por prevenir las bajas civiles que los Estados Unidos”, afirmó Campbell, que admitió también que las Fuerzas Armadas estadunidenses se equivocaron en el ataque al hospital ocurrido el pasado 3 de octubre.

 

El informe dictaminó que los militares envueltos en este incidente no sabían que el edificio atacado era el hospital de Médicos sin Fronteras, ya que pensaban que estaban atacando un objetivo diferente situado a unos cientos de metros y donde se había reportado la presencia de combatientes.

 

Asimismo, la investigación sostiene que el personal encargado del ataque aéreo no adoptó las medidas adecuadas para verificar que se trataba de un objetivo militar legítimo.