BUENOS AIRES. Cuando la sensación de empate se hacía ineludible, el técnico de Boca Juniors Rodolfo Arruabarrena encontró las respuestas en su banco para quedarse el domingo con el primero de los tres súperclasicos que disputará ante River Plate en un lapso de diez días.

 

De local, Boca Juniors se impuso 2-0 y quedó como único líder de la liga argentina.

 

Goles postreros de los sustitutos Cristian Pavón y Pablo Pérez, a los 84 y 86 minutos, sellaron el triunfo de Boca. Los dos “gigantes” argentinos se volverán a ver las caras en los octavos de final de la Copa Libertadores.

 

En un estadio La Bombonera con más de 45 mil hinchas locales, por primera vez en la historia Boca y River se enfrentaron en calidad de colíderes en solitario e invictos. Ahora, el “Xeneize” comanda en soledad el torneo con 27 puntos, mientras que el “Millonario” quedó relegado a la posición de escolta, junto con San Lorenzo, con tres unidades menos.

 

Arruabarrena apeló a sus variantes en el banco para que Boca saliera sonriente, con el ingreso primero de Fernando Gago, para darle más volumen de juego a su equipo, y luego de los dos goleadores.

 

Pavón metió la pelota junto al primer palo tras una gran asistencia del uruguayo Nicolás Lodeiro, y desató la locura de los hinchas “xeneizes”. Y enseguida después, Pérez, tras otro gran pase de Lodeiro, la mandó a la red con la ayuda de un infructuoso cierre de Germán Pezzella.

 

“Hice una apuesta con el hijo de mi representante antes del clásico. Si yo hacía un gol, él me tenía que prestar el BMW por un mes”, explicó exultante el juvenil Pavón sus gestos en el festejo, haciendo la mímica de que conducía un automóvil. “Desde que llegué a Boca fue lo mejor que me pasó. Estoy muy contento”.

 

Pérez, en tanto, declaró: “Cuando estalló La Bombonera me puse muy contento. Necesitaba hacer un gol en un partido tan importante como éste”.

 

El técnico de River Marcelo Gallardo dijo que “no estaba para perderse el partido, pintaba para el cero a cero”.

 

“En tres minutos se perdió un partido que hasta ahí estaba controlado”, añadió Gallardo.

 

El partido sirvió de ensayo general para el doble duelo por la Libertadores, prioritario para ambos clubes. En consonancia, los dos técnicos, en particular el local Arruabarrena, preservaron varios jugadores de cara al jueves próximo, cuando se medirán en el Monumental por el cotejo de ida.

 

En ese marco, el primer tiempo fue entretenido. No tuvo goles, pero sí muchas emociones. Por aciertos propios y también errores del rival. Los palos frustraron las dos más claras, una por lado.

 

Daniel Osvaldo sacó un latigazo desde el borde del área a los 9, que hizo sonar el poste derecho de Marcelo Barovero. Y a los 33, una contra de River comandada por el colombiano Teófilo Gutiérrez derivó en el uruguayo Carlos Sánchez, cuyo remate desde la medialuna superó a Agustín Orion y sacudió el travesaño.

 

En esos primeros 45, River tuvo leve predominio en la posesión, pero en el balance fue Boca el que contó con más ocasiones claras: Barovero salvó un disparo de Federico Carrizo y Andrés Chávez definió desviado desde inmejorable posición.

 

El ritmo intenso de la etapa inaugural se fue diluyendo al regreso del vestuario. Y Boca perdió precisión.

 

River casi hiere de muerte a su rival a los 53, con una volea del uruguayo Rodrigo Mora que Orion defendió en gran forma. Unos minutos después, el propio Mora casi la emboca con un tiro desde la esquina que pegó en el poste.

 

El nivel del partido se cayó definitivamente a partir de la hora de juego. Y pese a la mejoría mostrada por el local, el cero a cero se perfilaba como inevitable y parecía que dejaba conforme a ambos, en la antesala de los choques coperos.

 

Pero empujado por el aliento de su gente, y con el fútbol y el oportunismo que tenía guardado en el banco, Boca se quedó con todo: la punta, el invicto de su rival y un estado anímico inmejorable para lo que se viene. River, en tanto, se fue golpeado por dos manos de nocaut cuando menos las esperaba.

 

Osvaldo -la principal estrella de Boca, que no tuvo una buena actuación-, se fue feliz por la victoria, aunque fiel a su estirpe de goleador, se lamentó por no haber podido marcar. “Me faltó el gol. Gracias a Dios ganamos. Tuvimos buenas ocasiones. Fue merecido. Ahora quedan dos finales”.

 

Por su parte, Arruabarrena apuntó a lo que viene. “Ya está, conseguimos tres puntos en el campeonato, pero ahora a pensar en el jueves. No es revancha ni nada, es un partido y punto”, señaló antes de agregar: “El hincha de Boca disfrutó. Esperemos repetir el resultado y mejorar el nivel”.

 

En otros partidos correspondientes a la undécima fecha, Atlético Rafaela venció 2-1 a Defensa y Justicia, Banfield e Independiente igualaron 1-1, y Tigre superó 2-0 a Nueva Chicago.