IDOMENI. Fuerzas especiales de la policía macedonia dispararon granadas aturdidoras para dispersar a miles de migrantes atrapados en una zona fronteriza con Grecia, un día después de que Macedonia declaró estado de emergencia en su frontera para hacer frente a la llegada masiva de migrantes que se dirigen al norte de Europa.

 

La multitud, formada por alrededor de tres mil migrantes que pasaron la noche a la intemperie, había hecho varios intentos de cargar contra la policía macedonia a primera hora de la mañana del viernes, tras el cierre de la frontera el día anterior. Al menos ocho personas resultaron heridas en los enfrentamientos, según la policía griega.

 

Un joven sangraba por una herida, provocada por lo que parecía ser la metralla de las granadas arrojadas directamente contra la multitud.

 

Policías respaldados por vehículos blindados extendieron rollos de alambre de cuchillas sobre las vías de tren que los migrantes emplean para cruzar a pie de Grecia a Macedonia.

 

Horas después de los enfrentamientos, la policía macedonia permitió que cruzaran pequeños grupos de familias que iban acompañados de niños, quienes se fueron caminando por las vías del tren hasta Gevgelija, un poblado vecino.

 

Los migrantes, muchos de ellos con bebés y niños pequeños, pasaron una noche fría y ventosa en un campo de tierra con poca agua y casi sin comida. Algunos comieron maíz de cultivos cercanos.

 

“No sé por qué nos están haciendo esto”, dijo Mohammad Wahid, un iraquí. “No tengo pasaporte ni documento de identidad. No puedo volver y no tengo a dónde ir. Me quedaré aquí hasta el final”.

 

Grecia está en el centro de una oleada migratoria sin precedentes. La mayoría de los que llegan a suelo griego huyen de la guerra y los conflictos en Siria y Afganistán. En lo que va de año ha recibido a más de 160 mil personas, muchas de ellas tras cruzar en balsas inflables desde la costa de la vecina Turquía, un flujo que ha sobrepasado a las autoridades en Atenas y las pequeñas islas en el Egeo.

 

Pocos, sino ninguno, de los migrantes que llegan a Grecia quieren quedarse en un país asolado por la crisis financiera. La gran mayoría se dirige directamente a la frontera norte con Macedonia, donde se hacinan en trenes para cruzar Serbia y Hungría en su camino hacia naciones más prosperas como Alemania, Holanda y las escandinavas.

 

El portavoz de la policía de Macedonia, Ivo Kotevski, dijo que tanto la policía como el ejército controlarán los 50 kilómetros de frontera para frenar la llegada “masiva” de migrantes de Grecia.

 

“Esta medida se está introduciendo para la seguridad de los ciudadanos que viven en las zonas fronterizas y para un mejor trato a los migrantes”, dijo el jueves.

 

Hasta ahora, la frontera ha sido porosa, con sólo algunas patrullas de cada lado. Sellarla interrumpe el corredor de los Balcanes para los inmigrantes y que comienzan en Turquía, toman botes a Grecia o caminan hasta Bulgaria, luego cruzan haca el norte por Macedonia o Serbia para llegar a la Unión Europea.

 

Casi 39 mil migrantes, la mayoría sirios, se han registrado al entrar a Macedonia en el último mes, el doble que en el mes previo.

 

En las islas orientales de Grecia, cientos de migrantes llegan cada día en barcos sobrecargados, normalmente no aptos para navegar. La guardia costera griega dijo el viernes que una patrullera de la agencia de fronteras de la UE, Frontex, había avistado un barco se hundió frente a la isla de Lesbos. Un migrante fue encontrado muerto y otros 15 fueron rescatados.

 

Por otra parte, la guardia costera dijo que recogió a 620 personas en 15 operaciones de búsqueda y rescate en las últimas 24 horas frente a las islas de Lesbos, Samos, Agathonissi, Leros, Farmakonissi, Kos y Megisti. Esto no incluye las cientos de personas que sí lograron llegar a tierra.