La carencia de agua en la Ciudad de México, es un problema provocado por la negligencia de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard que literalmente le revienta en la cara al gobierno de Miguel Ángel Mancera y los jefes delegacionales de esas cinco demarcaciones, conflictos que oportunistas de todos los colores promueven y avivan para conseguir beneficios políticos o económicos.

 

 
En la Ciudad de México el problema del agua cada día crece gracias a Andrés Manuel López Obrador, que hace 17 años dejó sembrada una bomba de tiempo para futuras administraciones. En su Bando 2 de gobierno, decretó que se daría prioridad a la redensificación poblacional e inmobiliaria de las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza y Azcapotzalco, pero al mismo tiempo abandonó los trabajos de infraestructura de agua, drenaje y electricidad del entonces Distrito Federal, cancelando prácticamente los proyectos de su predecesor, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

 

 
La falta de agua en la capital del país tiene sin duda su origen en la gran demanda pero también en la gran cantidad de fugas que existen por más de una década de falta de mantenimiento de la red gracias a que AMLO y Marcelo Ebrard apostaron por las grandes obras superficiales como el segundo piso del Periférico y la Línea 12 del metro que por reparar y mantener la infraestructura del suministro de agua para la Ciudad de México.

 

 
Un ejemplo reciente es Benito Juárez, la delegación que ofrece el más alto nivel de vida promedio en calidad de servicios para sus habitantes, pero que padece fallas en el suministro en las colonias General Anaya, Xoco, Santa Cruz Atoyac, Portales y Del Valle que los vecinos atribuyen a los nuevos desarrollos inmobiliarios que se construyen en la zona como parte de su modernización y repoblamiento, como son City Tower Grand, Torre Mitikah, Green Tower y Torre Atmósfera, entre otras.

 

 
El justificado descontento se ha agrupado en Movimiento de Unidad y Encuentro de Vecinos en Defensa de Benito Juárez (Mueve-BJ), quienes el fin de semana pasado marcharon para exigir se regularice el servicio de agua, cuya falta padecen de igual forma comercios, plazas y los nuevos desarrollos habitacionales, que deben comprar pipas para garantizar el servicio.

 

Sin embargo, los dirigentes de este movimiento lo han convertido en un ariete político-electoral para utilizarlo previo a los comicios locales de 2018 desviando la atención del problema que representa que Benito Juárez es una delegación con una infraestructura con medio siglo de antigüedad cuya operación está a cargo del gobierno de la ciudad.

 

 
Y es que sus líderes lo que buscan son candidaturas por el Movimiento de Regeneración Nacional en Benito Juárez. Se trata de José Luis Matabuena, quien ha sido candidato por el PRI en cuatro ocasiones a diputado local y federal, hoy busca la jefatura delegacional como independiente y está en negociaciones para competir bajo los colores de Morena y en las mismas condiciones está René Rivas, quien trabajaba de coordinador de la diputada local por el PRD, Luisa Yanira Alpízar, y también coquetea con el partido de López Obrador en busca de postularse en esa delegación que gobierna el PAN desde hace más de 25 años.

 

 
Mientras, Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas, deberá encontrar una respuesta técnica al tema del agua y al delegado Christian von Roehrich, lidiar con el conflicto político que azuzan grupos más interesados en las candidaturas que en las demandas vecinales.