BERLÍN. El Centro Aeroespacial Alemán (DLR) lleva meses defendiéndose de un ciberataque que las autoridades alemanas, por su entidad y complejidad, atribuyen a un servicio secreto extranjero. Ayer el semanario Der Spiegel destacó que el gobierno alemán considera el caso “extremadamente serio” porque esa agencia pública se dedica, entre otras cuestiones, a la investigación y desarrollo de alta tecnología armamentística, como misiles.

 

El DLR informó al Centro Nacional de Defensa Cibernética que “varias computadoras de sus científicos y administradores de sistemas estaban infiltrados por software espía”, se indica en la revista, que cita fuentes de la investigación alemana.

 

Se trata de un troyano -un tipo de programa malicioso que una vez introducido en una computadora permite el acceso a terceros saltándose todo tipo de seguridad- de características avanzadas que, en cuanto es detectado, se autodestruye.

 

Los ataques informáticos orquestados gracias a estos troyanos han sido “coordinados y sistemáticos”, de carácter profesional, y han afectado a “todos los sistemas operativos” del DLR, según los investigadores.

 

Hasta el momento el estudio de las computadoras afectadas por parte de forenses informáticos de la Oficina Federal para la Seguridad en las Tecnologías de la Información (BSI) tan sólo han logrado “indicios” que “apuntan en dirección a China”.

 

Der Spiegel asegura que estos expertos han encontrado en el código de algunos de los troyanos “caracteres chinos y errores recurrentes que apuntan a un atacante de Extremo Oriente”, aunque añaden que eso podría ser tan sólo una estrategia de despiste.

 

Algunos informáticos consultados por la publicación alemana no descartan que este ataque proceda de Occidente y, en concreto, de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadunidense, la misma que lleva a cabo programas masivos de espionaje a escala global y que el año pasado se supo que espió el teléfono celular de la canciller alemana, Angela Merkel.