Después de la madriza, perdón, la goliza que sufrió el tricolor, similar a la de la Selección de futbol contra Chile, era obvio suponer que Manlio Fabio Beltrones renunciara a la dirigencia del PRI, aunque nadie se esperaba que fuera tan pronto.

 

Resulta ocioso insistir en las causas de la catástrofe del PRI en las elecciones del 5 de junio pasado, así como en los motivos que tuvo Beltrones para presentar su renuncia al partido, pero vale la pena referirse a algunas reflexiones que hizo en su discurso de despedida.

 

Dijo el otrora “Jefe de Jefes”: Estamos obligados, como nunca antes, a escuchar la voz y reclamos de los ciudadanos, de todos ellos, votantes priistas o por otros partidos, que exigen mejores resultados en sus gobiernos y combate a la corrupción e impunidad, dondequiera que éstas se encuentren. Quieren que la modernidad se refleje en los bolsillos de las familias mexicanas, que su trabajo sea mejor remunerado, servicios de salud de calidad y calidez, vivienda digna, seguridad para sus hogares y sus ciudades. No están satisfechos con solamente enterarse de que vamos bien, sino que quieren sentirse bien. ¡Dura crítica al Gobierno Federal! Exclaman los observadores.

 

Y luego Beltrones pasó la aplanadora en reversa: “…Hay que decirlo fuerte y claro; en muchos de los casos los electores dieron un mensaje a políticas públicas equivocadas o a políticos que incurrieron en excesos, que no tuvieron conductas transparentes y que no actuaron de manera responsable…”. Después la quiso medio componer diciendo: “… Encaramos a una izquierda que empodera a la derecha y otra que se radicaliza. Todos participando abiertamente para encabezar  resistencias a las reformas estructurales que revolucionaron a nuestro país, y  quienes las defendemos, frente a los grupos que surgen abiertamente y quieren derrotarlas. Algunos buscan regresarles los privilegios a los que más tienen, y con cuyos intereses mejor se identifican; otros pretenden devolverles el control de la educación fallida de nuestra niñez a los más violentos y algunos más quieren echar abajo el nuevo modelo energético, sin darse cuenta de la necesidad de perseverar en estas transformaciones para alcanzar beneficios que se reflejen, finalmente, en la economía de las familias que menos tienen. ¡Es ésta, y no otra, la disyuntiva que debemos resolver los priistas! Exclamó. Y preguntó: ¿claudicamos en el proyecto de modernización del país que nos propusimos o seguimos adelante? ¿Retrocedemos en lo que ya hemos alcanzado y permitimos que avance el populismo autoritario, violento y fracasado claramente en otros países? ¿Nos detenemos y les regresamos sus privilegios económicos o monopólicos a algunos, abandonando a los que menos tienen y están en la desigualdad  o pobreza?

 

¡Ay, Manlio; ay, Manlio! ¡¿Cuándo perdiste la brújula?! Exclaman sus detractores.

 

Agenda previa

 

Una de las empresas que más ha padecido el poder del preponderante de las telecomunicaciones en nuestro país, y en América Latina en general, es Telefónica. La compañía española participó en la consulta del IFT convocada para analizar las medidas asimétricas, y dejó en claro que sigue existiendo un alto grado de concentración en el sector, especialmente en los mercados de telefonía fija y móvil. Para Telefónica, la no compartición de infraestructura efectiva por parte de AMX, así como la falta de precios en la oferta de referencia, ha provocado que los demás concesionarios no puedan ingresar a su red y competir de mejor forma con el preponderante.