El Banco de México (Banxico) decidió mantener en 3% el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día. La actividad económica en Estados Unidos ha mantenido en general un ritmo de expansión moderado, apoyado principalmente por una mejoría en el consumo.

 

Sin embargo, el sector industrial ha mostrado debilidad desde inicios del año a raíz de la disminución en las exportaciones resultado de la debilidad de la demanda externa, la apreciación generalizada del dólar y la baja de la inversión en el sector de la energía.

 

El mercado laboral ha mantenido una evolución favorable, aunque hasta ahora sin presiones salariales. La inflación permanece en niveles bajos, anticipándose que se irá incrementando gradualmente a niveles cercanos al objetivo de 2%.

 

En este entorno, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ha enfatizado que, con base en sus previsiones actuales para la actividad económica, el empleo y la inflación, estima que el primer incremento en la tasa de interés de referencia tendría lugar en 2015 y que el ritmo de aumentos subsecuentes sería gradual.

 

La actividad económica en la zona del euro se ha venido recuperando. Aunque se espera que la inflación se mantenga baja en los próximos meses, se estima que a finales de año comience a incrementarse. En gran parte de las economías emergentes la actividad económica sigue debilitándose, en respuesta a la escasa expansión en los países avanzados y a la caída en los precios de las mercancías básicas.

 

En suma, el balance de riesgos para el crecimiento de la economía mundial y el correspondiente a la inflación se mantienen sin cambio respecto de la reunión anterior. La volatilidad en los mercados financieros internacionales se incrementó a últimas fechas, siendo el factor causal de mayor importancia la incertidumbre en torno al inicio de la normalización de la política monetaria en Estados Unidos.

 

Adicionalmente, la situación en Grecia y los problemas en los mercados financieros en China también contribuyeron a elevar la volatilidad en las últimas semanas. Todo lo anterior se reflejó fundamentalmente en una apreciación sostenida y generalizada del dólar estadounidense frente a la mayoría de las demás divisas, tanto de países avanzados como emergentes.

 

La cotización del peso mexicano con respecto al dólar no fue la excepción, habiendo experimentado presiones significativas. Si bien las reducciones recientes en el precio del petróleo jugaron un papel en la depreciación de la moneda nacional, se puede decir que el factor más importante que explica dicha depreciación es la expectativa de incrementos inminentes en la tasa de interés de Estados Unidos.

 

Aunque las tasas de interés de corto y mediano plazo en México se incrementaron, las de mayor plazo se mantuvieron prácticamente sin cambio. Es posible que la volatilidad en los mercados internacionales continúe o incluso se agudice. Para enfrentar esta situación es fundamental mantener un marco macroeconómico sólido en nuestro país, para lo cual sería necesario consolidar los esfuerzos recientes en el ámbito fiscal y ajustar oportunamente la postura de política monetaria. (Con información de Reuters)  DM