La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió mantener en 4.25% el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, en línea con lo esperado por el mercado, tras el alza aplicada en junio pasado.

 

En su anuncio de política monetaria, el instituto central considera que el escenario central de la inflación para el corto y mediano plazos continúa siendo congruente con la meta permanente de 3.0%.

 

No obstante, precisa, hacia adelante, la Junta de Gobierno seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor.

 

En este contexto, se mantendrá vigilante de la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, sin descuidar la evolución de la brecha del producto.

 

Esto con el fin de estar en posibilidad de continuar tomando las medidas necesarias para consolidar la convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3.0%, con toda flexibilidad y en el momento y magnitud en que las condiciones lo requieran, subraya el banco central.

 

De diciembre de 2015 a la fecha, la Junta de Gobierno del Banxico ha aumentado la tasa de referencia en 1.25 puntos base, luego de tres decisiones de incremento: uno en 25 puntos base, y dos de 50 puntos base, cada uno.

 

El 17 de diciembre de 2015, por primera vez desde 2008, el Banxico subió la tasa de referencia a 3.25%, desde el nivel mínimo histórico de 3.0%, en línea con la decisión que tomó en el mismo sentido la Reserva Federal (Fed) estadounidense.

 

En febrero de este año elevó nuevamente su tasa objetivo, de 3.25 a 3.75%, como parte del paquete de medidas anunciadas conjuntamente con la Secretaría de Hacienda ante un deterioro del entorno externo, el cual incluyó además un ajuste al gasto y la suspensión de las subastas de dólares vigentes hasta ese momento.

 

El más reciente incremento fue el 30 de junio pasado, de 3.75 a 4.25%, ante el efecto adverso que pudiera tener las condiciones externas adversas sobre la inflación futura, desligándose así de las decisiones de la Fed.

 

El banco central refiere que en el periodo comprendido desde su última reunión de política monetaria, la cotización de la moneda nacional mostró una gran volatilidad, depreciándose primero al conocerse la decisión del Brexit, y apreciándose posteriormente, incluso a niveles inferiores a los del cierre de junio.

 

Hacia adelante, agrega, no se pueden descartar nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales, destacando los riesgos asociados a factores geopolíticos y, en particular, las posibles consecuencias del proceso electoral en Estados Unidos, así como a medidas previsibles de normalización de la postura monetaria de la Reserva Federal.

 

Ante ello, es crucial reforzar las políticas orientadas a mantener fundamentos macroeconómicos sólidos en el país, subraya.

 

En particular, estima, acciones adicionales de consolidación de las finanzas públicas, como procurar un superávit primario a partir de 2017, continúan siendo deseables para absorber de manera más eficiente choques del exterior y propiciar saldos adecuados de la cuenta corriente.

 

A su vez, el banco central ajustará su postura monetaria con toda flexibilidad y en el momento y magnitud que sea requerido, con el afán de mantener la inflación y sus expectativas bien ancladas, lo que a su vez coadyuvará a una mayor estabilidad financiera, anticipa.

 

Se considera, menciona, que el balance de riesgos para el crecimiento de la economía mexicana se deterioró con respecto a la anterior decisión de política monetaria.

 

Refiere que en el segundo trimestre de este año la economía registró una contracción, después del crecimiento reportado en el trimestre previo, de acuerdo con la estimación oportuna del PIB publicada por el INEGI, con lo cual la brecha del producto parecería haberse mantenido negativa.

 

Destaca que la inflación general anual continúa ubicándose por debajo de la meta permanente de 3.0%, hasta ahora no se han presentado efectos de segundo orden en el proceso de formación de precios de la economía derivado de la depreciación cambiaria, y las expectativas de inflación continúan ancladas.

 

Para los siguientes meses, apunta el Banxico, se espera que la inflación general anual aumente gradualmente para cerrar el año ligeramente por arriba de 3.0%, promediando en 2016 un nivel ligeramente por debajo de esa cifra.

 

Subraya que esta dinámica obedece principalmente a la fórmula empleada para la determinación de los precios máximos de las gasolinas por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como a la evolución de las referencias internacionales de estos energéticos.

 

Para 2017, se prevé que tanto la inflación general, como la subyacente, se ubiquen alrededor del objetivo permanente de inflación, menciona el instituto central.

 

Apunta que el balance de riesgos para la inflación en el horizonte de tiempo en el que tiene efecto la política monetaria es neutral, aunque persisten diversos riesgos para la inflación.

 

Al alza, no se pueden descartar depreciaciones adicionales del peso mexicano, a la luz de la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y sus implicaciones y la posibilidad de precios del petróleo débiles.

 

Además, un deterioro del déficit de la cuenta corriente, y el potencial reinicio de la normalización de la postura monetaria de la Reserva Federal, todo lo cual podría afectar a las expectativas de inflación y el comportamiento de esta última.

 

Indica que tampoco se pueden descartar aumentos de precios de bienes agropecuarios, si bien su impacto sobre la inflación tendería a ser transitorio.

 

Entre los riesgos a la baja para la inflación, están que se presenten reducciones adicionales en los precios de algunos insumos de uso generalizado, tales como los servicios de telecomunicación, como consecuencia de las reformas estructurales.

 

Otro riesgo a la baja sería que la actividad económica nacional presente hacia adelante un dinamismo menor al anticipado, lo que limitaría las presiones inflacionarias por el lado de la demanda agregada, concluye.  dmh