El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió hoy que el uso de armas químicas en Siria no será tolerado y que habrá consecuencias para los responsables.

 

En un comunicado emitido por su oficina, Ban indicó que los continuos informes sobre el uso de armas químicas, así como de sustancias tóxicas en la guerra en Siria, son profundamente perturbadores. Condenó esta práctica en los términos más enérgicos.

 

Añadió que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de llevar ante la justicia a los responsables de esos hechos y de asegurar que las armas químicas no vuelvan a ser utilizadas como instrumento de guerra.

 

Informó que envió al Consejo de Seguridad, como había solicitado este órgano, las recomendaciones y términos de referencia para crear la misión conjunta de investigación sobre el uso de armas químicas en Siria.

 

El mecanismo, operado junto con la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), tiene la misión de identificar a las personas, entidades, grupos o gobiernos que hayan usado o patrocinado ese tipo de armas en Siria, y pugna para rindan cuenta a la justicia.

 

Ban llamó a todos actores de la guerra en Siria a cooperar plenamente con ese mecanismo y confió en el continuo involucramiento de los miembros del Consejo de Seguridad, así como de los demás Estados de la ONU, para asegurar la implementación efectiva de la resolución.

 

La resolución del Consejo de Seguridad fue aprobada luego del uso documentado de cloro en Siria, así de que, según informes de prensa, el gobierno de Estados Unidos detectara el empleo de gas mostaza de parte del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria.

 

El Ejército y rebeldes sirios acordaron hoy una tregua humanitaria de 48 horas en la ciudad de Zabadani y en dos localidades chiítas de Idlib, mientras el Estado Islámico (EI) tomó cinco urbes en el norte de país, cerca de la frontera turca.

 

La tregua entró en vigor este mismo jueves en la ciudad de Zabadani, controlada por los rebeldes al norte de Damasco, así como en las localidades de Al Foua y Kafraya, en la norteña provincia de Idlib, cerca de la frontera con Líbano.