Es muy probable que en los próximos días se den a conocer noticias importantes sobre el penoso caso Mexicana de Aviación, uno de los asuntos corporativos que con toda desfachatez ha exhibido la viciosa relación entre políticos en el poder, instituciones de justicia y empresarios. Por cierto, relaciones nada novedosas en México, porque han sido -desde siempre- lugar común en el sector de la aviación del país.

 

De acuerdo con un reportaje de Arena Pública publicado el pasado viernes, las investigaciones que han seguido las autoridades de la Procuraduría Fiscal de la Federación y la Unidad de Inteligencia Financiera, ambas dependientes de la SHCP, se enfilan hacia la integración de un expediente que confirma que el empresario Gastón Azcárraga –primo de Emilio Azcárraga, presidente de Televisa; y quien fuera presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el club empresarial más poderoso del país- efectivamente se benefició de los recursos de la compañía aérea que fue rescatada por el gobierno federal con recursos del Instituto de Protección al Ahorro Bancario, IPAB, a favor de sus empresas en el Grupo Posadas.

 

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