La ciencia es contundente: según las investigaciones más recientes del Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC), entidad dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sin acciones orientadas a reducir considerablemente las emisiones de gases contaminantes, la temperatura mundial podría elevarse entre dos y cuatro grados centígrados durante este siglo. De acuerdo con datos de la International Finance Corporation (IFC), el brazo de inversión privada del Banco Mundial, la pelea impostergable contra el cambio climático no será barata, en especial para los países no desarrollados, los cuales tendrán que invertir alrededor de 100,000 millones de dólares anuales en proyectos de energía alternativa. Tan sólo de 2005 a la fecha, el IFC ha invertido más de 10,500 millones de dólares en proyectos relacionados con el combate al cambio climático. De entre esas obras, destaca el Parque Aura Solar I, inaugurado hace apenas algunos días por el presidente Enrique Peña Nieto. Esta obra es de una importancia emblemática para México, pues cuadruplicará la capacidad solar instalada del país.

 

El Parque Aura Solar I ha sido desarrollado por la empresa mexicana Gauss Energía que, a su vez es propiedad y está controlada por el grupo de inversión mexicano Corporación Aura Solar. La planta está localizada en el estado de Baja California Sur y suministrará energía a la sub-estación de Olas Altas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa pública de electricidad en México. Es también el primer proyecto de generación eléctrica desarrollado bajo el modelo regulatorio de “pequeño productor” y financiado bajo la modalidad de financiamiento de proyectos (“project finance”).

 

El modelo de pequeño productor permite que las pequeñas generadoras con capacidad instalada de hasta 30 megavatios puedan asegurar derechos de transmisión, interconexión y suministro de energía con la CFE. Las generadoras que operan bajo esta modalidad venden electricidad a precios variables y por tanto carecen de un acuerdo de compra de energía a precio fijo, lo que conlleva a que este tipo de proyectos esté expuesto a volatilidad en el precio de la energía producida.

 

Con una inversión total de 100 millones de dólares –el IFC lideró la estructuración del financiamiento del 75% junto con Nacional Financiera (Nafin)-, la central fotovoltaica forma parte de una estrategia aún mayor: la Iniciativa Aura Solar, cuyo objetivo es desarrollar proyectos de generación solar de gran escala, con el fin de capitalizar los grandes recursos solares con que cuenta el país.

 

El parque de 39 MWp se ubica en una superficie de 100 hectáreas donde se instalaron cerca de 132,000 módulos policristalinos con seguidores de un eje. La idea es contribuir a alcanzar la meta establecida por la Secretaría de Energía en el sentido de que el 35% de la energía generada en México debe provenir de fuentes limpias de contaminantes para 2024.

 

Durante la inauguración, Daniel Servitje, presidente del Consejo de Administración de Corporación Aura Solar, destacó que la magnitud de la obra coloca a nuestro país entre los principales generadores de energías limpias en Latinoamérica. Servitje, quien como todos sabemos también se desempeña como CEO de Grupo Bimbo, es uno de los empresarios mexicanos más

 

comprometidos con la creación de fuentes sustentables de energía. Es una apuesta inteligente: amén de lo encomiable que pueda ser como una práctica de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la adopción de nuevas fuentes de energía es ya una prioridad. Los empresarios que encabecen la transformación asegurarán un liderazgo casi absoluto en las décadas por venir.