El motivo que detonó los hechos violentos en el penal de Topo Chico, en los que murieron tres internos y 19 resultaron heridos, fue para asesinar a El Maruchan.

 

Este delincuente fue traicionado por su propia gente porque, cuando en las calles los líderes del Cártel del Noroeste dejaron de recibir la misma cantidad de dinero producto de la extorsión y cobros al interior del reclusorio, mandaron matarlo y fueron otros delincuentes que trabajaban para él, los que cumplieron la orden, informó el secretario general de Gobierno de Nuevo León, Manuel González, en conferencia de medios.

 

La noche del miércoles, a las 21:47 horas, dos grupos de entre cinco y siete reos atacaron a su jefe Jesús Orlando Galindo Puente, alias el Maruchan o el Chocorrol, cuando caminaba del patio a su dormitorio.

 

Cuando otros presos se dieron cuenta de la traición intervinieron para tratar de defenderlo, lo que desencadenó una riña en la que perdieron la vida dos de los defensores identificados como Edelmiro Guadalupe González Rubio y Jesús Ledezma Ramírez, detalló el funcionario quien negó que se trató de un motín o una riña entre bandas rivales.

 

Después de la riña las autoridades estatales realizaron un operativo al interior del centro penitenciario y aseguraron tubos metálicos, garrotes de madera y piedras que fueron utilizadas en los hechos delictivos.

 

En febrero de este año se registró en Topo Chico el motín más grave en la historia penitenciaría del país. El saldo de una riña colectiva entre grupos criminals antagónicos fue de 49 reos muertos y 12 heridos.

 

En aquellos días, el comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, dio a conocer que una de las primeras medidas sería la reubicación de 150 criminales.

 

Precisamente, el Maruchan enfrentaba un proceso penal por su participación en aquella masacre. Las autoridades lo tenían identificado como líder del Cártel del Noreste al interior del penal, sin embargo, tras el motín de principios de año, las autoridades estatales recuperaron el control del penal de Topo Chico y redujeron los cobros ilegales, extorsión y cuotas que imponía el Cártel a otros internos y sus visitas, aseguró González.

 

Por ello, los delincuentes que están en libertad decidieron quitar a el Maruchan con el objetivo de imponer a otro líder que recupere las ganancias.

 

Por los delitos cometidos este miércoles hay 20 internos que rinden declaración y al cierre de esta edición sólo cuatro heridos seguían en el Hospital Universitario.

 

Desde la madrugada de este jueves, una vez que se controló la riña, se permitió el ingreso de algunos familiares que deseaban ver a los internos, reportándose todo en calma hasta el momento.

 

En tanto, Luis Raúl González Pérez, titular de la CNDH, lamentó lo sucedido porque se trata de un problema que se había advertido desde hace tiempo.

 

“Yo hago un exhorto a las autoridades responsables de los centros penitenciarios y a los gobiernos de los estados para que revisen de veras con responsabilidad nuestros pronunciamientos.

 

“Cada año hacemos un diagnóstico de revisión penitenciaria, ahí decimos con objetividad cómo están los centros, vemos las debilidades que tienen y las fortalezas. Este no ha sido el caso. Lamentamos que se haya dado este incidente. Ya mandamos personal el día de hoy (jueves). Allá estamos en comunicación con la Comisión Estatal”, declaró el ombudsman nacional.

 

Por otra parte, el coordinador de la fracción del PRD en la Cámara de Diputados , Francisco Martínez Neri, afirmó que la muerte de tres reos y los 19 heridos en el centro penitenciario de Topo Chico,  evidencian la falta de gobernabilidad en Nuevo León.

 

Martínez Neri indicó que este tipo de hechos demuestra que persiste el hacinamiento en casi todos los reclusorios del país y “si a esto se le agrega la poca capacidad de las autoridades para dirigir los penales, la consecuencia es un polvorín que en cualquier momento puede estallar, como lo estamos viendo actualmente”.

 

Consideró urgente establecer medidas para revertir la sobrepoblaciones en los penales,  ya que de lo contrario se pone en riesgo la satisfacción de necesidades básicas mínimas de los reos.

 

También planteó que deben actuar los encargados del respeto a los derechos humanos y recordó que en 2014 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) concluyó que Topo Chico registraba insuficiencia de custodios, sobrepoblación y, en consecuencia, hacinamiento de reos.

 

Martínez Neri dijo que en el 2015 hubo cambio de administración en el gobierno de Nuevo León, pero nada se transformó respecto a la situación del penal.

 

“Las consecuencias de no actuar a tiempo las estamos viendo hoy, con estos disturbios. Se trata de personas que buscan el poder y el control al interior de Topo Chico”, apuntó.