WASHINGTON. El vehículo todoterreno utilizado en el ataque a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), que dejó al menos un muerto y dos heridos en la base de Fort Meade, Maryland, fue robado en un hotel cercano; informaron autoridades.

 

De acuerdo con funcionario, dos personas presuntamente vestido con ropa de mujer por lo que se presume podrían ser transexuales, intentaron estrellar su vehículo contra una de las puertas de entrada de la sede de la agencia de espionaje electrónico, antes de que guardias mataran a tiros a uno de ellos.

 

El fallecido es uno de los dos asaltantes que a primera hora de hoy, por razones que aún no se han aclarado, intentó superar uno de los accesos a la blindada NSA a bordo de un vehículo todoterreno.

 

Aunque las investigaciones aún continúan y el secretismo que envuelve a la NSA dificulta la divulgación de detalles, se descartó el terrorismo como motivo del altercado y se desconoce exactamente qué originó el incidente.

 

Según un portavoz de la base militar de Fort Meade, donde trabajan o residen 11,000 militares y 29,000 civiles, la policía que guarda los accesos a la NSA disparó contra el vehículo que intentaba superar los puestos de control de la entrada.

 

Una de las personas que provocó el altercado fue abatida a tiros mientras que otra fue ingresada en un hospital de la cercana ciudad de Baltimore. Además, un policía sufrió una lesión en el brazo, posiblemente ocasionada por una colisión con el vehículo de los asaltantes.

 

Según el canal de televisión local NBC 4, los asaltantes iban vestidos de mujer y en el interior del vehículo se encontró un arma de fuego y cocaína.

 

Imágenes tomadas por helicópteros de televisión que se acercaron a las inmediaciones, mostraban dos vehículos que habían sufrido una colisión, uno de ellos claramente de la policía, así como un cuerpo cubierto con una sábana sobre el asfalto, a pocos metros de las garitas de acceso a la NSA.

 

El incidente se desencadenó cuando las dos personas que viajaban en el vehículo no siguieron las indicaciones de los responsables de los accesos a Fort Meade para que abandonaran la zona de alta seguridad y por la que a esa hora transitaban trabajadores con permisos de entrada.

 

Los guardias respondieron inmediatamente estableciendo barricadas, pero los conductores no se detuvieron hasta chocar con uno de los vehículos de policía que bloqueaba el acceso.

 

La policía respondió con disparos contra el vehículo y abatió a uno de los ocupantes.

 

El Buró Federal de Investigación (FBI), que se ocupa de las pesquisas junto con las autoridades militares y policiales de la base, aseguró que no hay indicios de motivación terrorista, aunque aún se investiga por qué los asaltantes vestían ropa de mujer.

 

La base militar de Fort Meade, sometida a altísimas medidas de seguridad, es la sede de la NSA, así como de otras agencias de inteligencia militar, por lo que la vigilancia en la zona es especialmente estrecha.

 

El problema de seguridad fue comunicado al presidente estadunidense, Barack Obama, que estaba desplazándose a Boston (Massachusetts) para encabezar un homenaje al fallecido senador Ted Kennedy.

 

Los incidentes por personas que voluntaria o involuntariamente se internan en zonas de alta seguridad, no son extraños en Washington y sus alrededores.

 

En octubre de 2013, una mujer que viajaba con su hija de corta edad, se empotró con su vehículo contra una barrera que bloquea el acceso a la Casa Blanca.

 

En la persecución posterior, la mujer ignoró las llamadas a detenerse y se internó en las inmediaciones del Capitolio, por lo que fue abatida a tiros, mientras que su hija fue rescatada sin daños.

 

El pasado verano un hombre fue detenido tras no detener su vehículo en un control cerca de la NSA. En su huida un policía fue herido.

 

La sede de la NSA, donde trabajan miles de personas a diario, está muy cerca de unas de las autovías más transitadas del noreste estadunidense. (Con información de EFE y AP)  DM