Ante un motín, algún disturbio o riña al interior de los reclusorios, emboscadas y hasta intentos de rescate de reos son algunas de las situaciones a las que deben enfrentarse los elementos de la Unidad de Reacción Inmediata (antes conocidos como Grupo Tiburón) del Sistema Penitenciario del Distrito Federal, quienes aseguran que su principal objetivo es el de arriesgar su vida por sobre la integridad de terceros e incluso de los mismos reos, en muchos de los casos con perfiles de alta peligrosidad.

 

Foto: Daniel Perales

 

“No hay diligencias ni intervenciones menores, todos los días trabajamos bajo presión y bajo órdenes porque no somos autónomos. Cada día hay servicios (diligencias, traslados e intervenciones) y arriesgamos nuestra seguridad. Nuestro objetivo es brindar un apoyo, una seguridad inmediata ante cualquier situación”, dijo el Comandante URI.

 

Ataviado con su uniforme negro, botas militares, chaleco blindado nivel 5 (resistente a embates de armas largas), su arma de cargo una pistola Glock 9mm, y la boina con la siglas “URI”, el comandante explica a 24 Horas los trabajos y prácticas que realiza esta unidad especial encomendada a atender “emergencias” y apoyos que se presentan en los diez penales (ocho varoniles y dos femeniles) que operan en la ciudad.

 

Foto: Daniel Perales

 

Como parte de una demostración exclusiva de las capacidades y habilidades de este grupo elite conformado por 75 elementos, 9 de ellos mujeres los jefes de grupo de la URI reiteraron que todos cuentan con el mismo adiestramiento el cual debe cumplir con el principio de inmediatez, de ahí que su identificación sea la de reacción inmediata.

 

Tres turnos de 24×48 horas son los que cubren los 75 elementos, entre hombres y mujeres que conforman la unidad especial, cuya asentamiento se ubica en la “Base Plata” del penal de Santa Martha Acatitla, al oriente de la ciudad, desde donde son despachadas las células (comúnmente conformadas entre 5 a 8 elementos, dependiendo del tipo o riesgo de la orden) a cualquiera de los diferentes reclusorios de la capital.

 

Conoce la unidad que arriesga su vida por los reos en caso

de motines dentro de reclusorios (Vine)

 

“Aquí hay capacitación todos los días. Ponemos a los elementos que llevan 15 días con los más experimentados para que aprendan de la vieja guardia; aquí todo se hace bajo mucha presión y a contratiempo, por eso somos una unidad especial de reacción inmediata”, sostuvo uno de los jefes para luego dar inicio con la demostración.

 

La primera practica forma parte del rubro de Medidas de Seguridad y se avoca al desarme y arme del armamento de cargo: un fusil AR15 y una pistola Glock 9 mm, utilizadas sólo en caso de alto riesgo y como último recurso, que de acuerdo con los mandos de URI en los cuatro años que lleva conformada la unidad no se ha tenido que utilizar.

 

Foto: Daniel Perales

 

“Son cinco pasos básicos para verificar que nuestra arma está en condiciones de tener un buen funcionamiento, cada uno debe hacerse con precisión”, indica que el comandante, al precisar que todo el personal tiene la capacitación de utilizar armas letales y no letales para cada caso específico que atender.

 

Una segunda práctica es el apoyo a diligencias, es decir cuando los reos son trasladados a juzgados, aeropuertos u otros penales, e incluso cuando la unidad en la que llevan al preso registra una falla mecánica y deben atender con las más altas medidas de prevención el paso de un vehículo a otro. Una célula de seis elementos conforma la orden: dos en la vanguardia, dos en la retaguardia, piloto y copiloto, todos ellos armados y cubriendo todos los ángulos en todo el momento de operación.

 

Desplazamiento a pie firme, también como práctica de Medidas de Seguridad, en enfoca a cómo los efectivos deben saber colocarse y avanzar ante una intervención. “El orden cerrado es una disciplina utilizada en el Ejército, grupos paramilitares, policías, forma parte de los desplazamientos tácticos que deben ejecutar para romper disturbios, sustraer un reo atrincherado, tomar alguna instalación”, indica el mando mientras los uniformados completan la demostración.

 

Foto: Daniel Perales

 

Descenso a rapel en diferentes estilos, para una vez en el suelo cubrir un flanco, en una operación que debe durarme menos de un minuto y además de las armas, cargando un equipo de entre 25 a 30 kilogramos es otra de las capacidades de este grupo. En lo que tiene que ver con la extracción de algún reo peligroso que se atrinchera en su celda, los elementos de URI utilizan la fuerza como último recurso para sacarlo. “Nuestra reacción depende de la situación que marque el interno”, señala el jefe de grupo.

 

“Estamos capacitados en materia de Derechos Humanos, recibimos por parte de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal la capacitación para garantizar la integridad de los reos, contamos con diplomados en la materia y sabemos cómo actuar en cada operación, en cada orden”.