Con la conferencia Performance y teatralidad: Hacia una filosofía de la corporalidad subversiva, a cargo de la especialista Miroslava Salcido, arrancó anoche en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart), el Encuentro Internacional Poética de la Acción. Performance, teatralidad, cuerpo y memoria.

 

La directora de Asuntos Académicos de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Eugenia Chávez, destacó que la relevancia de este encuentro es que integra las artes visuales y escénicas en un discurso cuyo eje es la acción artística y la manifestación poética.

 

El performance sigue ganando terreno a nivel internacional, dijo la curadora del encuentro, Josefina Alcázar, quien luego comentó que este año cumple dos décadas de trabajar en el Citru y, como despedida, encabeza este encuentro en el que participan 19 artistas de 27 a 67 años de edad, quienes cubrirán todas ellas facetas del performance.

 

 

En el encuentro, al cual asisten creadores de México, Colombia y Estados Unidos, se hace una revisión muy amplia del performance en las conferencias magistrales y mesas redondas, y se presentan acciones en la Plaza de las Artes, para concluir con la actuación de La Internacional Sonora Balkanera el viernes 29 de mayo.

 

El performance hace preguntas que impactan sobre la experiencia vivencial del individuo, sostuvo, por su parte, Miroslava Salcido, y agregó en su conferencia magistral que el performance es como la puesta en escena de un acontecimiento fundamentado en una filosofía trágica, a partir, justamente, de que es una obra entregada al devenir y a la desaparición.

 

Indicó que se podrían rastrear sus orígenes en la época de Leonardo da Vinci (19452-1519), mientras que en forma más contemporánea, añadió, deriva de las vanguardias artísticas de los años 70 del siglo pasado, con el movimiento artístico conocido como fluxus.

 

programaPerformance

 

Lo loable del encuentro, refirió, es que mostrará que el performance no significa salir a hacer lo que a uno se le ocurre, sino que se trata de un laboratorio de experiencias excéntricas el cual, a través de una metáfora artística, puede fundamentar una práctica cultural hacia la sociedad.