La historia es vieja.

 

Desde hace tiempo, sin mayores consecuencias, se seguía desde el poder la conflictiva relación de los hermanos Moreira, Humberto y Rubén.

 

Pero el asunto adquirió dimensiones preocupantes cuando venía la postulación de candidato del PRI en Coahuila.
Desde las alturas se plantearon la disyuntiva:

 

Si daban la candidatura a Miguel Ángel Riquelme, favorito del gobernador Rubén Moreira, vendría un gran embate de la oposición y en especial del PAN.

 

Pero sin el respaldo de los Moreira, amos de la estructura priista y ascendencia en amplios sectores de la sociedad, en especial las colonias populares, la derrota era segura.

 

Resultado: por órdenes superiores se dejó la decisión a Rubén Moreira, y Riquelme es candidato a gobernador, con alguna ventaja sobre el panista Guillermo Anaya.

 

En eso apareció el anuncio de Humberto Moreira de reciclarse como candidato a diputado local y el asunto volvió a preocupar al mando político nacional.

 

ACUERDO O LOS ESPERARÁ LA CÁRCEL

 

El 14 de diciembre publicamos aquí:

 

Moreira: por el PRI, con el PRI o contra el PRI.

 

Para esas fechas, el realismo se impuso a los principales políticos coahuilenses.

 

Hasta la casa de Humberto Moreira en Cuernavaca hubo desfile de aspirantes a candidatos en busca de su apoyo, pues ninguno de ellos ganaría sin él.

 

En la lista aparecen algunos militantes de la oposición, pero entre todos destacan dos:

 

Javier Guerrero y Miguel Ángel Riquelme; el primero, candidato ciudadano y el segundo, abanderado del PRI y puntero en las encuestas.

 

Ante ambos hechos –el control moreirista del priismo y la imposibilidad de frenar a Humberto Moreira-, se estudió qué hacer y el resultado ya es historia:

 

Desde Bucareli se llamó a los dos hermanos, a Rubén y Humberto Moreira Valdés y se les pidió deponer sus diferencias, su confrontación, para no poner en riesgo el triunfo.

 

El argumento es imaginable:

 

-Si ustedes siguen su pendencia, ninguno de ustedes se salvará. Habrá persecución y los dos pueden ir a la cárcel.
En el mensaje iba implícito el verdugo: ganaría el panista Anaya y los perseguiría sin piedad como hacen otros panistas con otros priistas.

 

Y sí, aceptaron deponer su actitud y las dos estructuras moreiristas -porque cada uno de los hermanos tiene la suya- trabajan por la candidatura de Miguel Ángel Riquelme.

 

Aunque Humberto ya haya sido expulsado del PRI por haberse postulado como candidato plurinominal por el Partido Joven, tal vez así se evite la debacle tricolor temida en algún momento.

 

DUARTE Y BORGE PODRÍAN ESPERAR

 

Tras la detención de Javier Duarte, empezó una valoración sobre los posibles efectos en las elecciones del 4 de junio.
El resultado no es favorable para el PRI y sus candidatos.

 

Como no ha habido una estrategia de comunicación sólida para destacar la voluntad política de sancionar las corrupciones y recuperar lo robado, la oposición gana hasta ahora la partida.

 

Aprovecha el caso, con bastante éxito, para acusar al PRI y los priistas de corrupción generalizada.

 

Tal vez esta indeseada consecuencia retrase apresamientos tan deseados como los del quintanarroense Roberto Borge y el chihuahuense César Duarte.

 

aarl