El alemán Sebastian Vettel celebró su Gran Premio número 50 con la escudería Ferrari con un valioso triunfo en el circuito de Hungaroring, donde la fábrica de Maranello rubricó un fin de semana memorable.

 

El equipo italiano estaba, no en vano, obligado a reaccionar dada la incansable persecución de las flechas plateadas de Hamilton y de Bottas. Y así lo hizo, con un doblete que dibuja una nueva perspectiva en el Campeonato del Mundo de Fórmula Uno.

 

Aunque Mercedes se mantiene al frente de la clasificación de constructores -con 357 puntos por los 318 de Ferrari-, en el listado de pilotos Vettel logró un mayor margen. Antes del comienzo de la undécima prueba del Mundial apenas un punto le separaba del inglés. Ahora son 14. Y nueve las carreras que restan para el desenlace del año.

 

En el circuito de Spa-Francorchamps retomarán la disputa el fin de semana del 25 al 27 de agosto y al parón estival llega reforzado Vettel. “Ha sido un gran día”, celebró el germano, cuatro veces campeón mundial (2010, 2011, 2012 y 2013).

 

Partió desde la pole y cruzó con la bandera a cuadros para rubricar su segundo éxito en Hungaroring.

 

Aunque la jornada empezó con un gran sobresalto, por la reparación contrarreloj de un problema hidráulico que amenazó con frustrar su Gran Premio. Los mecánicos de Ferrari lo solventaron a tiempo para que el alemán formara en la parrilla de salida y se lanzara a por su cuarta victoria del curso tras sus anteriores conquistas en Australia, Bahréin y Mónaco.

 

caem