El 18 de febrero de 2015 escribimos aquí: cuando estaba en la cúspide de su carrera, saqueaba al estado a través de su hermano y cuando presumía que estaba en el mejor de los escenarios políticos: ser de oposición, pero muy cercano al presidente Peña Nieto, me mandó decir “que quería ser mi amigo y que ya le bajara” y me bloqueó en Twitter.

 

 

 

También dijimos que se la cobrarían a Ángel Aguirre en las elecciones y que el malogrado gobernador le quedaría a deber mucho a su pueblo. Estaba muy enojado por un par de colaboraciones publicadas en 24 HORAS.

 

La primera que le hizo montar en cólera fue la del 23 de abril, cuando rescatamos un texto de la revista Proceso, donde se aseguró que el 13 de septiembre de 2013 ¡mientras llovía y llovía, Ángel Aguirre bebía y bebía! Nos referíamos a su penosa actuación en la tormenta tropical Manuel, que ocasionó enormes estragos, mientras la autoridad estaba ocupada en los tragos. 

La segunda entrega que le fastidió fue la de junio de 2014, donde aseguramos que el entonces gobernador de Guerrero le valían sus gobernados, porque llegó hasta cuatro días después a la Costa Grande, donde un sismo de 7.4 grados en la escala de Richter había causado terror y muerte. Él andaba de vacaciones.

Intolerante a la crítica, me castigó sin poder ver lo que escribía en una red social; ahora la PGR lo investiga por su omisión o quizá participación en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. ¿Quién tenía razón, el mandatario o el reportero?

Ahora, gracias a la investigación de mi colega Alfonso Juárez –El Heraldo de México– nos enteramos que Aguirre Rivero espió a sus colaboradores cercanos y a funcionarios de todos los niveles; incluso, a líderes de movimientos sociales. Audios en posesión del diario que dirige Franco Carreño revelan al menos 21 funcionarios y diputados, entre otros personajes, que tenían intervenidas sus líneas telefónicas, fijas y móviles. En total, hay un reporte de mil 35 conversaciones.

El presidente Peña Nieto y nadie de su gobierno mandó matar a los jóvenes normalistas, y la sociedad ha juzgado ya que fue culpa de la administración federal. Con estos nuevos datos, quizá se quitan en Los Pinos ese patético saldo negativo.

Coahuila.- También el gobernador Rubén Moreira posee desde 2014 un equipo para intervenir teléfonos celulares y determinar su ubicación. El sofisticado aparato fue comprado el 29 de septiembre de 2014 y costó 16 millones 658 mil pesos. La empresa que lo vendió se llama Telecomunicaciones SA de CV. Por cierto, la bancada del PAN en San Lázaro presentó una solicitud de juicio político en contra de Moreira, por su injerencia en los comicios del 4 de junio para favorecer las aspiraciones del candidato priista Miguel Riquelme.

Estado de México.- Eruviel Ávila gritará por última vez desde el balcón central del Palacio de Gobierno en Toluca, para después entregarle la bandera a Alfredo del Mazo Maza. Con este simbólico protocolo, la noche del 15 de septiembre le entregará el poder el nuevo titular del Ejecutivo local.

¿Qué sigue para el doctor?, ¿irá al gabinete federal?, ¿irá al Comité Ejecutivo Nacional del PRI?, ¿iniciará una gira nacional para promover su candidatura presidencial? Hagan sus apuestas; yo digo que la tercera opción es la buena.

@GustavoRenteria

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