La muerte de seis personas el 26 de septiembre en Iguala y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa detonaron una serie de protestas en Guerrero, Michoacán y el Distrito Federal, cuya marca ha sido la violencia, la toma de alcaldías, la quema de edificios y el enfrentamiento con las fuerzas del orden.

 

Todas estas protestas son encabezadas por normalistas, maestros disidentes, anarquistas y padres de familia de los estudiantes desaparecidos. La mayoría de ellos se cubren el rostro para evitar ser identificados, ante posibles represalias o acusaciones judiciales en su contra.

 

En estos 46 días, las protestas obedecen a la exigencia y enojo de estos grupos ante la falta de resultados de las investigaciones por los hechos violentos en Iguala. Y adelantan que las manifestaciones continuarán hasta hallar a los normalistas desaparecidos.

 

Partidos, los blancos

 

Integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) y de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Michoacán, confirmaron que fueron maestros y normalistas los involucrados en las agresiones de ayer a las instalaciones de partidos políticos y bancos en Michoacán y Guerrero, y la retención del subsecretario de Seguridad Pública guerrerense.

 

En Chilpancingo, Guerrero, un grupo de maestros de la CETEG atacó las instalaciones locales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde incluso se reportaron connatos de incendio.

 

El ataque al edificio derivó en un enfrentamiento entre los maestros y policías locales. La situación se complicó cuando los manifestantes de la CETEG retuvieron durante varias horas al subsecretario local de Seguridad Pública, Juan José Gatica Martínez, y finalmente lo intercambió por dos de sus compañeros que habían sido arrestados por la policía.

 

Según Manuel Rodríguez Reales, del Comité de la Montaña de Guerrero, la confrontación detonó cuando los policías locales lanzaron piedras y arrojaron gases lacrimógenos para disipar la protesta por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.

 

“La represión de los federales hacia el contingente de los maestros y normalistas, con una agresión brutal a mansalva que hicieron contra toda la gente que estaba ahí presente y obviamente se dio la confrontación entre ambos bandos (…) Fue de estudiantes, maestros y estudiantes, de normalistas, ya ve que estamos en plantón por la desaparición de los 43 normalistas”, dijo en entrevista telefónica con 24 HORAS, desde Chilpancingo, Guerrero.

 

La situación fue confirmada por Gildardo Ruiz Ávila, también integrante de la CETEG. El dirigente de la coordinadora estatal Ramos Reyes Guerrero no pudo confirmar la participación de maestros y normalistas porque –según dijo- se encuentra en la Ciudad de México y no estaba enterado de lo ocurrido.

 

De acuerdo con el diario Provincia, de Michoacán, ayer normalistas destruyeron las sedes de los partidos Nueva Alianza, Acción Nacional (PAN) y arrojaron bombas molotov a las instalaciones locales del Partido de la Revolución Democrática (PRD); también arrojaron artefactos explosivos al edificio de la Secretaría de Finanzas del gobierno michoacano.

 

Fuentes cercanas a la dirigencia de la Sección XVIII de la CNTE, también en Michoacán, confirmaron que los maestros participaron en una manifestación por los actos acontecidos en Iguala y para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos.

 

Los incendiarios

 

En su mayoría son jóvenes. Algunos usan gorras, otros se cubren la cara, hay quienes usan lentes, y otros no tienen temor de llevar el rostro descubierto. La mayoría son hombres aunque también hay mujeres. Sus armas: petardos, bombas molotov y aerosoles con los cuales intentan incendiar los blancos de sus ataques.

 

Se trata de los supuestos anarquistas, identificados así de forma genérica por las personas ajenas a sus expresiones violentas, idea que ellos mismos refuerzan con su tradicional grito: “Muerte al Estado, que viva la anarquía”.

 

Las manifestaciones que en los últimos días se han realizado en el Distrito Federal para exigir la aparición de los normalistas de Ayotzinapa, han sido aprovechadas por estos grupos para protagonizar agresiones y disturbios.

 

El primer incidente ocurrió el 15 de octubre, cuando los encapuchados atacaron la fachada de la sede de la PGR en Reforma 211 e intentaron prenderle fuego a las instalaciones. El 5 de noviembre incendiaron un Metrobús en la estación Ciudad Universitaria, y el 8 de noviembre prendieron fuego a la puerta de Palacio Nacional.

 

Oficialmente ningún grupo en específico ha reivindicado estos ataques, pero ya se ha documentado desde diciembre de 2012 que en la ciudad operan movimientos anarquistas o radicales que se autodenominan Bloque Negro, Cruz Negra o Frente Oriente y Individualidades Tendiendo a los Salvaje, entre otros, que han protagonizado varios incidentes.