Andrés Manuel López Obrador hablaba con soltura y seguro de sí mientras exponía con lujo de detalle su propuesta económica frente a los integrantes del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), quienes terminarían aplaudiendo la intervención del candidato presidencial de las izquierdas.

 

“Nosotros tenemos la obligación de decir la verdad, no ‘dorarle la píldora’ a nadie, no venir a querer quedar bien con ustedes, que yo les hable de que vamos a llevar a cabo reformas estructurales. Yo no creo en eso porque esa es una agenda que nos impusieron desde afuera”, expresó el tabasqueño al criticar la manera en que se ha privatizado el Estado mexicano a raíz de la implantación del modelo neoliberal aún a pesar del pobre crecimiento anual de 2.3% registrado por la economía nacional en los últimos 29 años.

 

En este sentido, el tabasqueño se comprometió a duplicar el actual monto destinado a la inversión pública, sin que esto signifique “asfixiar” a la inversión privada, con el fin de garantizar un crecimiento económico de 6% anual pero manteniendo la actual política macroeconómica que realiza el Banco de México.

 

“Lo que planteamos es que podamos crecer manteniendo la misma política macroeconómica. Nosotros vamos a ser respetuosos de la autonomía del Banco de México, no vamos a interferir en sus políticas, ellos van a seguir manejando todo lo que tiene que ver con la política financiera”, apuntó.

 

Al ser cuestionado sobre su opinión en torno a los tratados de libre comercio, consideró una “irresponsabilidad” de los neoliberales abrir las fronteras del libre comercio sin garantizar la protección de la industria nacional, tal como ejemplificó con el déficit comercial que tiene México con China, cercano a los 45 mil millones de dólares.

 

“Tenemos que proteger nuestro mercado, todo el mundo lo hace. Sólo a estos irresponsables tecnócratas se les ocurre abrir de par en par la frontera sin límites estratégicos de ninguna especie, poner a competir al productor nacional con el extranjero en condiciones de desigualdad, porque los productores del extranjero tienen créditos baratos y subsidios, cuando aquí en cambio satanizaron los subsidios. Por eso se ha caído la industria”, señaló.

 

Agregó que la corrupción imperante en los altos puestos del gobierno ha provocado que las empresas públicas sean poco eficientes e incapaces de reducir los costos de los insumos necesarios para impulsar el desarrollo, tal como ocurre con el sector energético.

 

“Estoy muy consciente de todo lo que pasa en Pemex, es de las empresas más corruptas del mundo, lo mismo pasa con la CFE. Por eso sostengo que podemos bajar el precio de los energéticos, las gasolinas, el gas y la luz para apoyar el desarrollo industrial de México sin necesidad de inversiones adicionales”, dijo.

 

En este sentido, se comprometió a crear consejos ciudadanos para que supervisen los procesos de licitación, tal como hizo con la adquisición de 40 trenes del Metro con un monto de 600 millones de dólares, la mayor compra durante su gestión como jefe de Gobierno.

 

Los aplausos aumentaban su intensidad conforme los argumentos del tabasqueño ganaban la simpatía de los expertos. Atrás quedó la ríspida bienvenida que ofreció el presidente del IMEF, José Antonio Quesada, quien al inicio del evento aseguró que preferían a 100 hombres mediocres pero honrados antes que “la aparición de un iluminado, de otro cacique más, del concebido tlatoani, del hombre que aspira a imponer su voluntad a toda costa por su aspiración última al poder, de alguien corto de miras, como hemos tenido muchos en nuestra historia, alguien estéril que es lo más opuesto a nuestras necesidades”.

 

Cuando le cuestionaron haber mandado “al diablo” las instituciones luego de las elecciones de 2006, el tabasqueño utilizó su labia para asegurar que todo fue producto de una manipulación mediática y que la frase tenía como objetivo acabar con la privatización del Estado.

 

“Nunca dije que ‘al diablo con las instituciones’. Reto a que demuestren lo contrario. Dije al diablo con ‘sus’ instituciones, que es distinto. ¿Por qué esta expresión? Pues porque yo sostengo que muchas instituciones están secuestradas y ahora necesitamos rescatarlas”, finalizó.