WASHINGTON.- Ocupar el lugar del Presidente Donald Trump, su padre, en una reunión del G-20 con los Jefes de Estado de las más poderosas naciones del mundo, generó una oleada de nuevas críticas contra Ivanka Trump y la Casa Blanca, por violar los protocolos elementales de la diplomacia.

 

Nicholas Burns, ex subsecretario de Estado de la Administración Bush ante la OTAN,  dijo que el incidente, si no ilegal, es “una violación de protocolos para esas reuniones Cumbre”.

 

“Esas tradiciones están orientadas a enviar un mensaje claro a los líderes mundiales, acerca de quien está en el poder, dentro el gobierno”; explicó que correspondía a Rex Tillerson, Secretario de Estado ocupar la representación, en ausencia del Presidente, no a Ivanka, “porque no se confiere autoridad a miembros de la familia”.

 

Algunos críticos señalaron que la presencia de Ivanka en la mesa, recordó a “republicas banana que eran representadas por personas impuestas por nepotismo y no por sus calificaciones y elección popular”.

 

Este escándalo se suma a la posibilidad de que Donald Trump Jr. enfrente problemas legales, por la presunta violación de estatutos federales, que prohíben solicitar o aceptar información y recursos de entidades extranjeras durante el proceso electoral.

 

Donald Trump Jr., Jared Kushner, yerno del Presidente y Paul Manafort, entonces director de la campaña, habrían recibido una oferta de la abogada rusa Natalia Veselnitskaya de información “potencialmente dañina para la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton”.

 

“Ivanka no fue electa, no fue confirmada por el Senado, no está calificada y su calidad de “Hija en Jefe” no le brinda derecho de representar a su país en la reunión de G-20, en ausencia de su padre” asegura el experto Brian Klaas.

 

En entrevistas de televisión, de radio, en internet o prensa escrita diplomáticos, legisladores y funcionarios señalan que el lazo sanguíneo con el Presidente o el nepotismo, no dan derecho alguno a la “diseñadora de bolsas” no calificada para “sentarse a la mesa, flanqueada por los líderes mundiales, es una falta de respeto para los dignatarios y demerita a los responsables de la política exterior estadounidense”.

 

Ivanka, quien con su marido Jared Kushner se desempeña como asesora presidencial asumió la representación de Estados Unidos, el sábado, cuando su padre Donald Trump se levantó de la mesa durante la intervención del presidente del Banco Mundial sobre el Desarrollo de África para reunirse con el Primer Ministro de Japón y el Presidente Joko Widodo, de Indonesia.

 

“Cuando deje la sala de conferencias para reunirme con Japón y otros países, le pedí a Ivanka sentarse; muy estándar, Angela Merkel estuvo de acuerdo” justificó el Presidente Trump, a través de su cuenta de Twitter, y cuestionó en otro tuit:

 

“Si a Chelsea Clinton le hubieran pedido ocupar el lugar de su madre, mientras su madre entregaba a nuestro país, las “fake News” habrían dicho “Chelsea para Presidente” (lo que quizás Trump espero se dijera de su hija.)

 

De inmediato, Chelsea Clinton le respondió: “Buenos días, Sr. Presidente; nunca habría ocurrido que mi padre o madre me pidieran eso … Estuvo Ud. entregando a nuestro país … ? Espero que no”.

 

El Jueves de la semana pasada, Ivanka y su esposo Jared Kushner participaron en la reunión bilateral del presidente Trump con la Canciller Alemana Angela Merkel y con el Presidente Enrique Peña Nieto, a pesar de que los integrantes de las delegaciones no deben tomar parte en esos encuentros.

 

De acuerdo a algunos legisladores, la decisión del presidente Trump, para promover a su hija, como hizo tomándole fotografías con Jefes de Estado, debilita a los responsables de la política exterior de Estados Unidos, que tienen pleno conocimiento y dan seguimiento a reuniones cumbre de la mayor importancia.

 

Pero esta no es la primera vez que eso ocurre. El 14 de Febrero de 2017, Ivanka desató las primeras reacciones, sentándose en la silla presidencial, de la Oficina Oval. Después participando en la reunión de la Oficina Oval con el Primer Ministro Canadiense Justin Trudeau; y el 17 de marzo, tomando parte también en la reunión del Presidente con Angela Merkel, Canciller Alemana, en la Oficina Oval.

 

Nikki Haley, Embajadora de Estados Unidos ante la ONU, defendió a Ivanka, diciendo que “ella está enfocada en asuntos como el estímulo a mujeres empresarias, la lucha contra el hambre y la pobreza”.

 

Otros asesores presidenciales defendieron también a Ivanka, quien continúa al frente de su línea de productos, en un claro conflicto de interés y bajo acusaciones de nepotismo.

 

Pero analistas como Carrie Cordero consideran que “cuando Ivanka Trump se instaló en la mesa, dándose el nivel de los más importantes Jefes de Estado, “avergonzó a las mujeres profesionales en el servicio público, a la democracia y a ella misma”. Estados Unidos nunca se vio tan ridículo”, señaló.

 

Donald Trump Jr. enfrenta posibles problemas legales

 

Las críticas contra el Presidente vienen en un momentos en que la Casa Blanca defiende con vehemencia a Donald Trump Jr. quien enfrenta posibles problemas legales, luego de reconocer que al calor de la campaña presidencial en 2016, se reunió con una influyente abogada Rusa, ligada al centro del poder en Moscú.

 

En la reunión, en que también participaron Jared Kushner y Paul Manafort, Ex Director de la Campaña de Trump, la abogada Natalia Veselnitskaya, les ofreció entregar información “que resultaría dañina para Hillary Clinton, la candidata presidencial Demócrata”, encuentro que sería severamente castigado por estatutos criminales que prohíben solicitar o aceptar cualquier información de valor o recursos de una institución federal, lo que se procesara como conspiración para defraudar a Estados Unidos.

 

Kellyanne Conway, asesora del Presidente, salió al paso de las publicaciones diciendo que “no hay evidencia de colusión entre el equipo Trump y el Kremlin” y que “Donald Trump Jr. no se ha coludido con nadie para influir en la elección”, mientras contrató al abogado Alan Futerfas, un abogado de New York, para que lo represente en lo que se espera sea un intenso litigio, que alimenta la especulación de que el Presidente Donald Trump tratara de destituir al Fiscal Especial Robert Mueller, en un tercer intento de detener el alud de revelaciones que arroja la investigación del Rusiagate.

 

caem