Fernando Alonso definió un plazo para anunciar la decisión de su futuro en McLaren y, seguramente, su permanencia en la máxima categoría del automovilismo.

 

El dos veces campeón mundial se ha comprometido a que no más allá de los primeros días de diciembre se conocerá si permanece con el equipo de Woking, al cual exige un auto capaz de ganar.

 

De acuerdo con las especulaciones, si Alonso tuviese ya una contratación fuera de McLaren tendría que hacerse pública en septiembre, para clarificar y signar contratos, cosa que no es fácil.

 

Posibilidades, las conocemos todos. Renault quedaba como una primera opción, y después todo está en letras sobre el agua. Que si Ferrari, que si Mercedes, en fin…

 

La posibilidad más real es la de otro año con McLaren, pensando en que se podría repetir el intento de ganar –ahora sí con mucha verdad por delante- las 500 Millas de Indianápolis.

 

Pero ante todo, lo que anhela Alonso es dejar de ser brillante por su tolerancia a la frustración. ¡No más show en los memes!

 

Un campeón mundial no puede estar conforme, de ninguna manera, con aparecer en las recreaciones cómicas de los agentes de marketing de Liberty Media.

 

Como se dice por ahí, la procesión va por dentro y Fernando la lleva ya con mucha gracia. Pero no es de lo que está hecho el campeón que habita en la médula de sus huesos.

 

Desgraciadamente, McLaren tampoco parece estar listo para retenerlo y ganar, no al menos durante el 2018. Honda sigue sin encontrar el cable que se debe conectar para hacer un motor competitivo.

 

En un ciclo de desarrollo normal, un fabricante poderoso normalmente tarde entre tres y cuatro años para conquistar victorias en la máxima categoría.

 

Red Bull, por ejemplo, debutó en el 2005 y logró ganar hasta el 2009 con Vettel. Mercedes, reapareció en el 2010 y pudo vencer hasta su tercera temporada de desarrollo de la mano de Nico Rosberg en China.

 

Lo que ha ocurrido con McLaren en los últimos años, no lo podrá revertir Honda rápidamente y no es por falta de recursos o tecnología, sino porque trabajan con un sistema que no ha encajado en la Fórmula Uno actual.

 

De modo que los tres o cuatro años de desarrollo natural, ahora sin contratos de extensión a Sauber y Toro Rosso, solamente hacen pensar que las victorias comenzarán a partir de un par de ciclos más.

 

¿Alonso está dispuesto a ello? No lo creo. ¡No más memes! Ni buenos ni malos. No más sonrisitas para disfrazar la frustración. La F1 merece un Alonso completo, vencedor, no a medias tintas.

 

caem