Para mí que en este año 2016 destacaron personajes de a garbanzo de libra, de ésos que pocas veces se dan. Sólo que son de esas figuras que lucieron no precisamente por su lado positivo, sino por su parte oscura y la estela de daño que dejaron. Por ser villanos.

 

En ese sentido, en primerísimo lugar –y difícilmente hay quien le compita– pondríamos al ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, hoy prófugo de la justicia.

 

El daño que hizo Duarte pasa no solamente por desvíos multimillonarios –más de tres mil millones de pesos– y abusos indignantes –ranchos y casas en distintos puntos de México y el extranjero–, sino por un cinismo aberrante:

 

-En Veracruz sólo hay “robo de Frutsis y Pingüinos de Oxxo”, declararía desvergonzadamente, frente a los miles de muertos, cientos de desaparecidos y 19 periodistas asesinados bajo su gestión.

 

Pero no sólo eso, la figura de Javier Duarte fue emblemática –y tuvo un efecto de contagio– para que el PRI sufriera, en junio pasado, una de las peores debacles en su historia: la pérdida de seis gubernaturas de golpe (Veracruz, Tamaulipas, Aguascalientes, Chihuahua, Quintana Roo y Durango).

 

La peste originada por el veracruzano –azuzada por el “fuego amigo” desde el gabinete de Enrique Peña Nieto, en pos de la candidatura presidencial– se llevó de paso al presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, un político reconocido por importantes grupos del tricolor.

 

Y, como carambola, el partido quedó en manos de Enrique Ochoa Reza, un militante del Revolucionario Institucional desconocido e inexperto (aunque su credencial –en la que nadie cree– ostente el número 0003 y aparezca firmada por Luis Donaldo Colosio).

 

Por lo que a los veracruzanos toca, no sólo padecen el desfalco, la escasez de dinero, deudas, inseguridad, sino que desde ahí se alza una figura que tomará aún mayor preponderancia en el PAN: Miguel Ángel Yunes Linares, actual gobernador de Veracruz.

 

En fin, podríamos seguir con la lista del daño ocasionado por Javier Duarte. Pero de lo que no cabe duda es que se ganó con creces la distinción del “Villano del Año”.

 

Acompaña a Duarte, como paje mayor, el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, cuyo saqueo al estado es de proporciones descomunales –todavía no se termina de contabilizar el quebranto.

 

Por lo pronto, ya se le denunció por haber vendido de manera irregular –por debajo del valor real, a familiares y amigos cercanos– casi 50% de las reservas territoriales del estado.

 

El derrumbe de la “verdad histórica”.- Otro personaje que habría que agregar a la galería del horror de 2016 es Tomás Zerón de Lucio, ex director en jefe de la Agencia Criminal de Investigación y autor de la llamada “verdad histórica” sobre la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

 

Su versión –y su propio actuar en las investigaciones– sobre lo acontecido la noche del 26 de septiembre de 2014 fue exhibido y puesto en duda por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).

 

Posteriormente, una investigación interna de la PGR, encabezada por Alejandro Chávez Flores –a quien le costó el cargo–, corroboró lo expuesto por el GIEI y, con ello, el derrumbe de la “verdad histórica”.

 

GEMA NEGRA. Tomás Zerón fue premiado por el Presidente de la República con la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad.