Desde el gobierno federal le dijeron que pidiera licencia, que se tenía que ir, que no había de otra para él.

 

Ángel Aguirre Rivero respondió que no, que no se iba a ir con las manos sucias, ni como un asesino.

 

-¡Se tiene que ir!-, advirtieron desde la Secretaría de Gobernación.

 

El gobernador de Guerrero mencionó entonces la posibilidad de pensarlo bajo algunas condiciones: inmunidad para él y su familia y mantener la posición de la candidatura de su hijo Ángel para Acapulco.

 

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-No hay nada que negociar-, respondieron desde la Segob.

 

-Pues entonces ¡vengan y sáquenme!; y si no a ver cómo le hacemos-, retó a su vez Aguirre Rivero.

 

La escena ocurrió hace ya más de 10 días, poco antes de que el presidente Enrique Peña Nieto diera aquel mensaje extraño y vago -porque no logró entonces la dimisión del gobernador- en Palacio Nacional sobre los hechos de Iguala y la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

 

La historia quedó entonces en una declaratoria presidencial de “indignación” y una advertencia rotunda: no habría impunidad.

 

Pero aun cuando resultó mediáticamente un mensaje dubitativo y confuso por parte de Peña Nieto, lo cierto es que desde ese momento Aguirre Rivero “ya estaba muerto políticamente hablando”, refieren cercanos al equipo del mandatario estatal.

 

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SE CIERRA EL CERCO.- El cerco en torno a Aguirre Rivero se está estrechando a pasos agigantados. Y no sólo inducido por el gobierno federal.

 

Lo aprietan los normalistas que exigen la aparición de sus compañeros vivos, los familiares de los desaparecidos, los miles de estudiantes que se han levantado en distintas universidades del país en apoyo a sus compañeros de Guerrero y la misma sociedad civil.

 

También la oposición -el PAN ya pidió en el Senado la declaración de desaparición de Poderes- y hasta buena parte de los perredistas que ven ya el terrible costo que la permanencia de Aguirre les está produciendo.

 

Carlos Navarrete -que defendió a Aguirre a ultranza en el momento en que Peña Nieto pidió su cabeza- ya no sabe cómo convencer a Aguirre para que solicite licencia.

 

-¿No que Aguirre puso a disposición del PRD su renuncia desde un principio? (eso declaró antier a los legisladores con los que se reunió en Acapulco)-, preguntamos.

 

-¡Por supuesto que no!-, contestó el líder perredista e insistió: “Espero que esté evaluando día a día y hora a hora (la situación) y esté dispuesto a tomar decisiones”, insistió ayer el propio presidente del PRD luego de reunirse con la bancada del sol azteca en el Senado.

 

El tiempo apura. Y es que no sólo empeora la situación en Guerrero. Ocurre que el sábado próximo hay reunión de Consejo Nacional del PRD y ya imaginarán la que se armaría si ahí terminan discutiendo si deben entregar o no la cabeza de Aguirre.

 

La fecha es clave para que, antes del encuentro, se haya tomado ya una decisión.

 

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¿PATADAS DE AHOGADO O NEGOCIACIÓN?– Mientras tanto Aguirre Rivero se deshizo de Lázaro Mazón, su secretario de Salud y precandidato de Morena (el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador) a la gubernatura guerrerense para el 2015.

 

Le pidió la renuncia y Mazón no tuvo mayor empacho en entregarla. “Si sirve para despresurizar Ayotzinapa lo hago abiertamente. No debo nada…”, dijo.

 

¿La cabeza de Mazón es parte de la negociación de Aguirre con la dirigencia del PRD antes de su salida del gobierno, o es lo que se llama “patadas de ahogado”?

 

Sea lo que sea, Mazón ex senador y dos veces presidente municipal de Iguala declaró también -por aquello de su amistad con José Luis Abarca y de que uno de sus hermanos es suplente del presidente municipal de Iguala con licencia- que no respondía ni por conocidos, ni amigos, ni familiares:

 

“Y que quede muy claro, cada quien es responsable de sus actos; yo no puedo responder por amigos, ni conocidos, ni familiares. Estoy acá para hacer cualquier aclaración, nunca he tenido fuero”, dijo el de Morena.

 

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GEMAS: Obsequio del jefe de la bancada del PRD, Miguel Barbosa, sobre lo ocurrido en Iguala: “Los senadores del PRD le hemos expresado a nuestro presidente nacional (Carlos Navarrete) que estamos preocupados por la percepción social respecto al involucramiento del PRD en estos hechos tan lamentables”.