Estaban en plena Junta de Coordinación Política (Jucopo) discutiendo el tema de Ayotzinapa y los ánimos entre los senadores se iban encendiendo.

 

No lograban un acuerdo sobre el tipo de comisión a crear para la investigación sobre los desaparecidos (si sólo los de Ayotzinapa, si los desaparecidos en general, si debía intervenir una comisión internacional, si sólo nacional).

 

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Aquello llegó a un punto que el líder de los priistas, Emilio Gamboa, le plantó cara a la perredista Angélica de la Peña y acusó:

 

“¡Ustedes lo que quieren es responsabilizar al Presidente (de la República) del cochinero que hicieron en Guerrero! Y el cochinero lo hicieron ustedes, los del PRD…”

 

De la Peña –esposa de Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda que impulsó a José Luis Abarca a la presidencia municipal de Iguala–, palideció y no supo ni qué responder.

 

Intervino entonces Miguel Barbosa, coordinador de la bancada del PRD, para mediar y bajar un poco el tono de la discusión.

 

No pasó a mayores en ese momento, pero eso –lo que Gamboa apuntó ante De la Peña: el querer responsabilizar a Peña de la pesadilla de la noche de Iguala– era lo que subyacía en el debate de ayer en el pleno y el tono con el que comenzó… y por momentos siguió.

 

Bueno, hasta la tricolor de Parral (Chihuahua), Graciela Ortiz, le lanzó tamaño golpe a la campechana de Movimiento Ciudadano Layda Sansores, por más que –según dijo– hubiera intentado hacer las paces tras sus diatribas.

 

Le espetó la priista: “Lamento que (Layda) responda a dictados del senador (Manuel) Bartlett y no haya abrevado de su padre, Carlos Sansores”.

 

Ciertamente el refilonazo a Bartlett era gratuito por parte de la senadora Ortiz, pero era un cobro de factura de parte de Gamboa, pues fue el poblano quien filtró la frase aquella de que Emilio había dicho (durante la discusión en la Jucopo sobre Ayotzinapa) el “háganle como quieran”, cuando no había sido cierto. No al menos en esos términos.

 

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LA INVESTIGACIÓN DE MURILLO FUE PULCRA.- Venía el debate desarrollándose como se esperaba: Pablo Escudero, del Partido Verde, salió en busca de su “premio” –ya le tocó el suyo a Arturo Escobar en la Secretaría de Gobernación– tirando porquería a diestra y siniestra de manera cínica e infamante.

 

Y por el lado del PRI, Omar Fayad jugó a cantinflear. Tantito pedía dejar de culpar al Presidente y de culparse entre ellos, para luego reclamar y aseverar: “Me parece inconcebible que se le quiera culpar al Presidente de la República cuando la investigación de la Procuraduría General de la República ha sido impecable”.

 

No sólo eso. Según Fayad, en lo sucedido con los normalistas de Ayotzinapa –y lo sostuvo con la mano en la cintura– “no participó el Ejército y no participó la Policía Federal”.

 

Para él, la investigación que hizo Jesús Murillo Karam “fue pulcra”. Y tan, tan.

 

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TODOS TENEMOS RESPONSABILIDAD.- Una de las participaciones que nos llamó la atención fue la de Martha Tagle Martínez. La senadora (de Movimiento Ciudadano) describió bien lo que acontecía en el salón de plenos del Senado (y no sólo esta vez):

 

“Aquí lo único que se practica es un diálogo de sordos. Cada cual sube a la tribuna a defender los intereses de su partido y a culpar al otro. ¿Y quién se ocupa de la ciudadanía?”

 

Culpan al PRD por Abarca, culpan al Presidente de la República –siguió–. Me pregunto: ¿El PAN tendría responsabilidad por los miles de desaparecidos en la época de Calderón?

 

¡Todos tenemos responsabilidad! –respondió ella misma–. Participó el Ejército, la Policía Federal, la estatal y la municipal; los diferentes niveles de gobierno tienen responsabilidad.

 

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GEMAS: Obsequio de una de las madres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa sobre Enrique Peña Nieto, luego de su encuentro: “Tiene la sangre fría, su mirada nos lo dijo todo”.