Por lo que toca al PRD -tal cual, como partido-, lo ocurrido en Iguala, Guerrero y las secuelas que de ello se desprenden puede no sólo borrarlos por completo del mapa político sino derrumbar la autoridad moral de todos los militantes de la izquierda sin distingo alguno.

 

Esas son algunas de las conclusiones que pusieron sobre la mesa un grupo de perredistas con presencia importante en el partido y que, junto con integrantes de las ONG y de grupos de derechos humanos se han estado reuniendo en el museo León Trotsky para analizar la “crisis” por la que atraviesa la izquierda y el PRD en particular.

 

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El senador Alejandro Encinas (quien a su vez se coordina con Miguel Barbosa), René Bejarano, Saúl Escobar (del grupo de Carlos Sotelo), Armando Quintero (de Unyr); René Cervera y Agustín Guerrero (gente de Marcelo Ebrard), Aleida Alavez, Cuauhtémoc Velasco (de Convergencia), son algunos de los participantes.

 

Sus planteamientos fueron así:

 

Los Chuchos “no quieren pagar el costo” de lo ocurrido con los normalistas de Ayotzinapa, cuando todos sabemos que la responsabilidad por el apoyo a José Luis Abarca recae en Jesús Ortega (dirigente de Nueva Izquierda y verdadero poder tras el trono) y en Jesús Zambrano (presidente del partido cuando se procesó la candidatura para la alcaldía y por haberlo solapado durante su mandato)-, acusaron.

 

-Si asumieran (Los Chuchos) la crisis brutal en que estamos se darían cuenta de que el PRD debe reconstituirse, pero no con ellos a la cabeza.

 

-(Carlos) Navarrete, Ortega, Zambrano, Guadalupe Acosta…, ¿van a poder ir a las universidades a pedir el voto? ¡Imposible después de lo sucedido con los normalistas de Ayotzinapa!-, alegaron tras recordar lo ocurrido ya hace unos días con Zambrano.

 

-Quedamos reducidos a grupos clientelares y corporativos y a que a todos nos califiquen igual que a Los Chuchos cuando no tuvimos nada que ver en sus enjuagues, en su forma de actuar, ni en la designación de candidatos, ni de cuotas. ¿Por qué hemos de asumir consecuencias igualitarias si no compartimos sus porquerías?-, interrogaron.

 

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OTRO POLO DE IZQUIERDA.- Seguir en el canibalismo, golpeándonos unos a otros -reconocieron- no es la manera de salir adelante.

 

Y dado que están conscientes de que Los Chuchos no se van a hacer a un lado ni van a dejar la dirigencia del partido, decidieron otro camino:

 

“Generar un polo de izquierda -distante de la dirección general de Nueva Izquierda- , ciudadano y democrático, en el que se invite también al PT y a gente sin partido para fijar una posición político-social (que haga contrapeso a Los Chuchos)

 

(Su primer pronunciamiento -si la intención del gobierno persiste- sería en contra de un Pacto de Seguridad.)

 

La idea es contar con un foro con autoridad moral que no sea sólo de perredistas.

 

¿Y Cuauhtémoc Cárdenas?, preguntamos.

 

Esta semana conoceremos su respuesta (nada ha dicho el ingeniero, ni siquiera de la resolución de la Suprema Corte contra la consulta popular que él abanderaba sobre el tema energético).

 

Mientras tanto, un nuevo faro para la izquierda está construyéndose.

 

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GUERRERO ERA EL PRINCIPAL GRANERO.- Las elecciones intermedias nunca han sido buenas para el PRD. Su peor momento fue en 1991 (en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari) donde obtuvieron 8% de la votación a nivel nacional y el más alto fue en 2003 (durante la presidencia de Vicente Fox) con 19%.

 

¿Qué pueden esperar para el 2015? Pues en estos momentos el panorama pinta aterrador para los del sol azteca. Y no sólo por la aparición de Morena.

 

Resulta que Guerrero era el estado más perredista del país. Desde que el PRD entró al juego electoral, no había entidad que les diera más votos al partido. Su voto duro era incluso mayor que el del Distrito Federal (en el DF el voto se asocia al buen gobierno).

 

Pero ahora, con la tragedia de Iguala, el pronóstico para el PRD es reservado: “Aún no sabemos cómo va a aterrizar. Pero las posibilidades son: o que nos vaya muy mal, o incluso que el perredismo sea barrido”.

 

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GEMAS: Obsequio del jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, a su salida del hospital y su posible retorno al antiguo palacio del Ayuntamiento: “Pronto regresaré”.